Las fuerzas de seguridad de Afganistán muestran a varios sospechosos de preparar ataques. EFE

EE UU comienza la retirada de un Afganistán sumido en el caos político y la violencia talibán

Desde la firma del acuerdo de Doha han ocurrido ataques 27 de las 34 provincias del país

Mikel Ayestaran

Jerusalén

Martes, 10 de marzo 2020, 19:07

La retirada de Estados Unidos de Afganistán ya está en marcha y los primeros soldados han salido de bases en las provincias de Helmand y Herat. El plan pactado entre Washington y los talibanes, que recoge la retirada de los primeros 5.400 hombres, ... del total de 14.000 que tiene desplegados, en 135 días y de todas las tropas internacionales en catorce meses, se ha iniciado de forma discreta y pese a la grave crisis política que sufre un país en el que Ashraf Ghani y Abdula Abdula se han auto investido presidentes. Ese acuerdo también recoge el inicio del diálogo entre insurgentes y el Gobierno de Kabul tras un intercambio de presos, pero este no se produjo en el plazo acordado y la negociación deberá esperar.

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«De acuerdo con la Declaración Conjunta de Estados Unidos-República Islámica de Afganistán, y el Acuerdo Estados Unidos-Talibán, las Fuerzas de Estados Unidos en Afganistán han comenzado su reducción de fuerzas basada en las condiciones a 8.600 efectivos», indicó en un comunicado el portavoz de las fuerzas norteamericanas, Sonny Leggett. Una retirada que, de momento, «no afecta a las operaciones antiterroristas contra Al-Qaeda y el Estado Islámico» aclaró el portavoz.

Desde la firma del acuerdo de Doha, el 29 de febrero, los talibanes han reanudado sus ataques contra las fuerzas afganas y ya se han registrado choques en 27 de las 34 provincias del país. La única violencia que ha descendido en Afganistán es la de los talibanes contra las fuerzas internacionales lo que ha provocado que se extienda una broma en el país que reza que «si quieres estar a salvo de cualquier ataque, estate cerca de una base de Estados Unidos».

Intercambio de presos

Según el texto acordado en Doha, el Gobierno de Kabul debía liberar a 5.000 presos talibanes antes de comenzar el diálogo entre afganos, pero superado el plazo fijado no salió ningún recluso a la calle. Ghani se mostró dispuesto a dar este paso el lunes, en la ceremonia de toma de posesión de la presidencia, pero su orden nunca llegó. El portavoz de la oficina política de los insurgentes en Catar, Suhail Shaheen, aseguró que ellos entregaron «una lista de 5.000 personas fue entregada a la delegación estadounidense, una lista que no puede ser modificada por nadie», e incluso enviaron una flota de autobuses a la cárcel de Bagram, pero nadie salió. Los insurgentes deberían liberar a cambio a mil presos de las fuerzas de seguridad que tienen en su poder, pero se trata de una clausula del acuerdo entre Trump y los talibanes, para el que no se tuvo en cuenta al Gobierno afgano.

Sediq Sediqqi, portavoz de Ghani, señaló que «el intercambio de prisioneros solo se llevará a cabo si se produce un descenso importante de la violencia» y fuentes oficiales consultadas por Reuters dijeron que el proceso podría dilatarse «semanas o meses».

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