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Rafael M. Mañueco
Moscú
Lunes, 28 de junio 2021, 16:45
El viceprimer ministro bielorruso, Alexánder Subbotin, aseguró el domingo en declaraciones al canal de televisión Bielorrusia-1 que «es poco probable que las sanciones occidentales afecten gravemente al complejo agroindustrial de la república». Según sus palabras, «la tierra es nuestra y ahora tendremos ... que trabajar más intensamente, pero nada más».
Reconociendo, no obstante, que las sanciones harán daño y pueden llegar a afectar a la población, Subbotin señaló sin dar detalles que «tal vez tengamos que corregir nuestro mapa de exportaciones agrícolas, pero creo que no será nada crítico para el sector». No descartó que sea necesario redirigir volúmenes adicionales de alimentos bielorrusos a Rusia. Según sus datos, «Bielorrusia suministra al país vecino productos agrícolas por valor de casi 4.500 millones de dólares anuales. Rusia es nuestro principal socio comercial». Pero aseguró que «otros 6.000 millones de dólares anuales comercializamos en 116 países, China incluida».
En relación con las limitaciones impuestas por la Unión Europea a la venta y tránsito de fertilizantes, Subbotin quitó también importancia a la medida e insistió en que la producción «será realizada en otros mercados». El jueves de la semana pasada, la UE aprobó la cuarta tanda de sanciones contra Bielorrusia, esta vez de carácter sectorial, que afectarán a determinados productos agrícolas, a los fertilizantes y a productos derivados del petróleo.
El Gobierno del país tendrá además cerrado el acceso al mercado financiero y de seguros europeo y a los bancos estatales. Bruselas ha prohibido también suministrar a estamentos o particulares en Bielorrusia equipos, tecnología o software para supervisar Internet o interceptar comunicaciones telefónicas. Tampoco se podrán enviar tecnologías susceptibles de ser utilizadas en el sector militar. Las medidas incluyen restricciones de carácter personal contra 78 altos funcionarios bielorrusos, que no podrán viajar y que, entre otras cosas, verán sus cuentas corrientes congeladas en los bancos europeos y estadounidenses.
Las relaciones entre Bielorrusia y los países occidentales se deterioraron drásticamente tras el fraude electoral cometido en los comicios presidenciales del 9 de agosto de 2020. La UE, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y otros países impusieron sanciones graduales a Minsk. La situación se agravó después de que el dictador bielorruso, Alexánder Lukashenko, se inventase una alarma falsa de bomba a bordo del avión de Ryanair en el que volaban el periodista opositor, Román Protasévich, y su pareja, la rusa Sofía Sapega, que fueron detenidos después de que el aparato fuera conminado a aterrizar en el aeropuerto de Minsk, el pasado 23 de mayo. Ambos han sido puestos ahora bajo arresto domiciliario.
El mayor impacto lo está sufriendo Belavia, la compañía aérea bielorrusa, que tiene vetados los vuelos a todos los países europeos y a muchos otros occidentales. Además, numerosas aerolíneas vuelan a Rusia evitando el espacio aéreo de Bielorrusia. Minsk ha anunciado que responderá a las sanciones. en las «próximas semanas».
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