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Zigor Aldama
Shanghái
Viernes, 17 de abril 2020, 07:19
Wuhan fue la ciudad en la que primero se detectó un brote de coronavirus. La capital de la provincia de Hubei, una megalópolis de 11 millones de habitantes, detectó los primeros casos de neumonía atípica a mediados de diciembre -lo que supone que ... los primeros contagiados contrajeron el virus a finales de noviembre-, y no decretó medidas de confinamiento hasta el 23 de enero. Como ha sucedido en gran parte del resto del mundo, los hospitales se vieron desbordados, y el caos se extendió tan rápido como el SARS-CoV-2. Aun así, hasta hoy la cifra oficial de fallecidos era de 2.579. Poco más de un tercio de los 6.877 registrados en Madrid con 7 millones de habitantes menos.
Muchos dudaban de la veracidad de las estadísticas oficiales. Y tenían razón. Hoy China ha revisado los números y ha reconocido que, solo en Wuhan, perdieron la vida 1.290 personas más. Eso supone un incremento del 50% que deja el total de muertos por coronavirus en la ciudad en 3.869. Según la agencia oficial Xinhua, esta revisión del dato se ha dado «por responsabilidad con la Historia», «para ser abiertos y transparentes», y adecuar la cifra a una realidad que había quedado oculta por las dificultades para gestionar la epidemia en la primera fase de la misma.
Se citan cuatro razones por las que no se ha podido ofrecer el dato real hasta ahora: el rápido incremento de la cantidad de pacientes al inicio de la epidemia, que sobrepasó la capacidad de los hospitales y se tradujo en una cantidad sustancial de contagiados fallecidos en sus casas -como ha sucedido en muchos otros países-, el registro incorrecto de muertos debido a que el personal sanitario tenía como prioridad salvar la vida de los infectados, la falta de comunicación entre los diferentes centros sanitarios que combatían al coronavirus, y la existencia de datos incompletos, repetidos o erróneos en los registros.
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A pesar de la actualización de la cifra, esta sigue siendo muy baja si se compara con las de otras ciudades muy afectadas en Occidente, donde, al menos en teoría, el sistema sanitario cuenta con mejores medios y personal. No en vano, el número de infectados en Wuhan se ha incrementado en solo 325 personas y queda en un total de 50.333. Son todavía 300 casos menos que los registrados en la Comunidad de Madrid hasta la fecha. De momento, China no ha llevado a cabo una revisión de las estadísticas más allá de Wuhan, y tampoco ha informado de si tiene intención de hacerlo. «Lo que hay detrás de los datos epidemiológicos son vidas humanas y la salud del público general, pero también la credibilidad del Gobierno», ha reconocido un funcionario.
No en vano, eso último había quedado en entredicho. Por un lado, había dudas razonables surgidas de las informaciones que llegaban desde Wuhan sobre el número de urnas que se estaban distribuyendo, y que apuntaban a un mayor número de fallecimientos incluso teniendo en cuenta la mortalidad habitual en la ciudad. Por otro lado, se habían extendido disparatadas teorías de la conspiración lanzadas por medios anticomunistas como Radio Free Asia que tomaban como referencia incluso las emisiones de los crematorios o los millones de líneas telefónicas dadas de baja durante el periodo de cuarentena al que ha sido sometido el país más poblado del mundo, en el que ahora los contagios locales son ya meramente esporádicos.
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