El presidente Xi habla con el dispositivo médico y militar en Wuhan. Reuters

La visita de Xi Jinping a Wuhan augura una pronta victoria de China sobre el coronavirus

Solo se registraron dos casos fuera de la ciudad y uno de ellos era de una persona que llegó a Guangdong procedente de España

Zigor Aldama

Shanghái

Martes, 10 de marzo 2020, 19:33

China marcó este miércoles un importante hito en su lucha particular contra el coronavirus SARS-CoV-2: no registró ningún nuevo contagio local fuera de Wuhan, epicentro de la epidemia y ciudad en la que se produjeron 17 nuevas infecciones, el número más bajo ... desde el pasado 30 de enero. En el resto del territorio solo se identificaron dos casos importados nuevos: uno llegó a Pekín procedente de Reino Unido y otro aterrizó en la provincia sureña de Guangdong desde España.

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Por esta razón, China ha puesto en marcha medidas para prevenir la propagación del virus procedente del extranjero. Provincias como Zhejiang, base manufacturera de primer orden, han comenzado a imponer una cuarentena de 14 días a todos los que llegan o han visitado los países más afectados: Italia, Irán, Corea del Sur y Japón. España aparece en un segundo grupo de países a los que también se aplicarán medidas restrictivas: tendrán que observar un seguimiento médico durante dos semanas -aunque se podrá hacer en el domicilio- y recibirán el código rojo en la aplicación móvil que sirve de pasaporte para movimientos internos, por lo que no podrán acceder a lugares públicos.

Según pudo confirmar este periódico, las autoridades ya han comenzado a imponer las cuarentenas. «Nada más hacer el registro en el hotel ha llegado la Policía», cuenta Antxón San Miguel, un trabajador vasco que reside en Ningbo. Sus familiares más cercanos tienen previsto regresar a China el próximo viernes, y no podrá reunirse con ellos hasta dentro de dos semanas porque tendrán que permanecer en cuarentena. «Me han dicho que les van a precintar la puerta», comenta el industrial, que también conoce casos de personas a las que se les ha obligado a hacer una 'cuarentena voluntaria'.

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La orden es clara: no se puede permitir que el coronavirus vuelva a extenderse por China. Las autoridades del gigante asiático han arriesgado demasiado como para que países que se resisten a implementar medidas de contención tan drásticas como las dictadas por el Partido Comunista den al traste con una victoria cada vez más cercana. No en vano, el presidente chino, Xi Jinping, visitó Wuhan por primera vez desde que estalló la epidemia y no escondió su esperanza. «La batalla continúa, pero la victoria está más cerca. Una victoria de Wuhan es también una victoria de Hubei. Y una victoria de Hubei es una victoria de China», afirmó en tono triunfal.

Xi aprovechó para saludar a pacientes de uno de los dos hospitales de campaña que se levantaron en solo diez días, el de Huoshenshan. Eso sí, no los visitó en persona, sino que contactó con ellos a través de videoconferencia. Protegido por una mascarilla y manteniendo una separación prudencial con la corte que le acompañaba, Xi se interesó por la gestión del hospital frente a una pantalla de plasma. Y la prensa estatal, que busca sacar pecho ante la adversidad, subrayó que Wuhan está desmantelando las instalaciones provisionales que erigió para tratar a los infectados. Ya no son necesarias.

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Alza de las Bolsas asiáticas

Consciente de que ahora comienza una batalla económica para evitar el colapso de la segunda potencia mundial, Xi también lanzó un mensaje esperanzador al que las Bolsas asiáticas respondieron con un notable rebote tras la debacle del lunes. «El coronavirus no afectará a los fundamentos económicos del desarrollo a largo plazo», dijo, según la agencia de noticias oficial Xinhua. El presidente también pidió que se implementen medidas para ayudar a las empresas afectadas por la epidemia y facilitar la creación de empleo.

Según el informe de un grupo de científicos chinos, el SARS-CoV-2 podría ser derrotado en la provincia de Hubei la semana que viene y en Wuhan a finales de mes. No obstante, esta previsión optimista choca con la que hicieron otros expertos de Singapur para el resto del planeta. Según ellos, aunque China podría convertirse el primer país en erradicar el coronavirus -Corea del Sur también parece haber contenido su avance-, el mundo tendrá que convivir con él al menos hasta finales de año.

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El profesor Tikki Pangestu, exdirector de Políticas de Investigación de la Organización Mundial de la Salud, avanzó tres escenarios posibles: el más pesimista contempla que el mundo siga sufriendo brotes de coronavirus y que la epidemia continúe siendo grave; el más optimista apunta a una desaparición total del SARS-CoV-2, como sucedió con el primer SARS hace 17 años; y el más realista prevé que el virus se hará endémico y el ser humano deberá aprender a convivir con él como hace con la gripe común. «Eso es también lo que espera la OMS. El coronavirus se convertirá en parte de nuestra existencia rutinaria», señaló Pangestu en Singapur, un país alabado por la gestión de la crisis sanitaria.

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