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Pablo M. Díez
Sábado, 7 de diciembre 2024, 08:40
Como si fuera la trama de una de sus populares series de televisión, la moción de censura contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, no pudo tener más dramatismo, suspense y vueltas de tuerca. Finalmente, y tras cuatro horas de votaciones y ... manifestaciones multitudinarias en las calles, la destitución no ha salido adelante este sábado y Yoon sobrevive como presidente. Pero sus días siguen estando contados tras haber decretado la ley marcial porque su propio partido quiere que dimita, pero sin apoyar a la oposición para echarlo.
Por ese motivo, antes de votar la propuesta en el Parlamento, los diputados de la formación gubernamental, el Partido del Poder Popular (PPP), salieron de la Cámara, lo que suponía un claro intento por boicotear la sesión.
La oposición, que cuenta con 192 de los 300 escaños de la Asamblea Nacional, necesitaba al menos ocho votos a favor de los parlamentarios del Gobierno para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para derribar a Yoon. De los 108 diputados del PPP, solo uno se quedó para votar, Ahn Cheol-soo, un médico que compitió por la presidencia en 2012, 2017 y 2022 y estaba a favor de echarlo. Luego se unió a él otra parlamentaria de la formación en el poder, Kim Ye-ji, quien volvió a la Cámara para votar contra el presidente.
Para que más diputados del partido gubernamental volvieran a votar, el presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won-shik, les pidió que regresaran con un emotivo llamamiento: «La República de Corea es una democracia que se ha hecho con la sangre y las lágrimas del pueblo. ¿No teméis ser juzgados por la historia, el pueblo y el mundo?».
Entre los aplausos de los diputados de la oposición, otro parlamentario del partido del Gobierno regresó para votar, pero luego explicó que había rechazado la moción de censura. Con la esperanza de que más parlamentarios de la formación gubernamental se unieran a la oposición, la sesión siguió abierta hasta las 21:20 (13:20, hora peninsular española), cuando el presidente de la Asamblea la dio por concluida. Con los diputados de la oposición aguardando inmóviles en sus escaños, transcurrieron varias horas de tensión desde el inicio de la votación hasta la resolución de este auténtico drama coreano.
Al final, y con solo 195 papeletas depositadas, a la votación le faltaron cinco para alcanzar el 'quorum' necesario de 200 votos. Mientras tanto, decenas de miles de personas se manifestaban a las puertas de la Asamblea Nacional para pedir la renuncia o detención del presidente Yoon, ya investigado por traición, y que los diputados gubernamentales regresaran para votar a favor de destituirlo.
Previamente, la oposición tampoco había conseguido sacar adelante una investigación especial por corrupción contra la esposa del presidente, Kim Keon-hee, que sí fue votada por todos los diputados. Pero la moción se quedó dos votos por debajo de la mayoría necesaria (198) y fue neutralizada por los 102 escaños del partido gubernamental. El mes pasado, esta propuesta había sido vetada por el presidente Yoon, quien ayer apareció por primera vez tras la declaración de la frustrada ley marcial.
En un discurso de dos minutos en televisión, pidió disculpas y prometió que no volverá a decretar una medida tan drástica como la ley marcial, que ha levantado a la sociedad y al Parlamento. «Lo lamento sinceramente y pido disculpas al pueblo, que debió sorprenderse mucho», aseguró el presidente, quien justificó que había tomado la decisión dejándose llevar por la «desesperación». Yoon alega que la oposición está usando su mayoría en la Asamblea Nacional para poner contra las cuerdas a su Gobierno, y a él mismo por el recorte de fondos reservados y los escándalos de corrupción que salpican a su esposa. A pesar de estas excusas, reconoció la «preocupación e inconvenientes» al público que había causado intentando suspender las libertades democráticas.
Yoon no solo negó los rumores de una nueva ley marcial, sino que dejó su cargo a disposición de su partido. «No evitaré las responsabilidades legales y penales relacionadas con esta declaración de la ley marcial», aseguró. El líder del PPP, Han Dong-hoon, manifestó que «la rápida dimisión (de Yoon) es inevitable» y le pidió «una retirada ordenada para impedir el caos». La caída del presidente puede arrastrar a todo su grupo. Para evitarlo, prometió que «Yoon será apartado de sus obligaciones hasta que renuncie, y el primer ministro se encargará de los asuntos de Estado en colaboración con nuestro partido».
En esta línea, el líder parlamentario del opositor Partido Demócrata, Park Chan-dae, ha alegado que, «si se rechaza el proyecto de ley de 'impeachment', inmediatamente lo presionaremos nuevamente en la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional».
A la vista de las reticencias del partido gubernamental, Lee, líder del Partido Demócrata de Corea, principal impulsor del proceso de destitución del presidente, admitió que será difícil hacerse con el apoyo necesario para lograr la salida de Yoon esta semana, pero puntualizó que su destitución es «una simple cuestión de tiempo».
En la agenda confirmada por el Parlamento surcoreano, figura también una votación sobre la propuesta de llamar a investigar a la primera dama tras una investigación por manipulación de acciones, escándalo que ha estado en el centro del debate político en Corea del Sur durante el último año y ha sido uno de los factores clave en la aplastante derrota sufrida por el PPP) en las elecciones del pasado 10 de abril.
Para que la medida salga adelante en la Cámara Baja es necesario el apoyo de dos tercios de los diputados, lo que supone el voto a favor de 200 de los 300 legisladores. Para que la votación sea válida deben estar presentas más de la mitad de los parlamentarios.
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