Test masivos a la población que rodea el mercado de Pekín

China informó este domingo de que el sábado registró el mayor número de nuevos casos de coronavirus en los dos últimos meses: 57, de los cuales 38 fueron de transmisión local. Sólo dos se identificaron fuera de la capital, donde todos están relacionados con el principal mercado de abastos de la ciudad. El epidemiólogo del Centro de Control de Enfermedades Zeng Guang, afirma que según estudios preliminares la cepa es diferente a la que ha circulado en el resto del país.

No obstante, las autoridades están convencidas de que este foco no supondrá el inicio de la temida segunda ola de la epidemia. «Debemos aprender del dolor que hemos sufrido e incrementar las medidas de prevención», afirmó el secretario del Partido Comunista en Pekín, Cai Qi, durante una reunión con responsables del dispositivo que la capital ha puesto en marcha para atajar la infección.

El mercado se ha cerrado a cal y canto, y lo mismo sucede con las zonas residenciales de los alrededores en Fengtai, el distrito sureño de la capital que ha sido declarado 'de alto riesgo', el único del país que lleva esa etiqueta actualmente. Según titula el diario 'Global Times', controlado por el Partido Comunista, 'Pekín entra en una nueva fase de la lucha contra la Covid-19', Fengtai está «en estado de guerra», y el rastreo de casos se extenderá a las ciudades y provincias limítrofes, donde ya se solicita que los vecinos que hayan estado en Xinfadi informen de ello a las autoridades para realizarles pruebas. Pekín ya ha anunciado que realizará test a casi 50.000 residentes de las zonas cercanas al establecimiento.

Hasta ahora, solo siete de los positivos detectados en el mercado han desarrollado los síntomas de la enfermedad. El resto es asintomático o presintomático y ha sido puesto en cuarentena. «Que China logre prevenir la propagación de estos nuevos casos depende de lo rápido y lo bien que Pekín logre atajar la Covid-19», dijo Wang Peiyu, vicedecano de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Pekín, al rotativo chino. Wang señaló que se debe prestar atención no solo a las personas, sino también a los objetos, ya que se han encontrado trazas del patógeno en las tablas de cortar pescado utilizadas en uno de los puestos de Xinfadi, y también en otras 40 muestras tomadas en el mercado.

Curiosamente, así es como el salmón importado se ha convertido en la última víctima del SARS-CoV-2. Ante el miedo de que se pueda propagar también a través de la comida, algo de lo que no hay prueba científica, la mayoría de los supermercados de Pekín han retirado el producto de sus establecimientos, y lo mismo han hecho los restaurantes. «De momento, en Shanghái no hemos recibido ninguna orden específica, pero es posible que se adopten nuevas directrices y estamos a la espera de que haya algún comunicado al respecto», comenta Han Yue, responsable de una franquicia de Sushi Express.

«Todavía no hay datos concluyentes sobre el origen y la ruta de transmisión del Covid-19. Pero Pekín debe incrementar urgentemente las medidas de control, porque, si no se puede controlar pronto, el virus afectará a mucha gente en poco tiempo debido a la elevada densidad de población de las ciudades», advirtió Feng Zhanchun, experto en Salud Pública del Tongji Medical College de Wuhan, en declaraciones al diario 'South China Morning Post'.

Las autoridades no quieren poner en riesgo el éxito cosechado hasta ahora en la contención de la enfermedad, pero el país ha tenido que dar marcha atrás esta semana en la paulatina recuperación de los vuelos internacionales después de que 17 pasajeros en uno procedente de Dacca, Bangladesh, hayan dado positivo. La aerolínea, China Southern, ha sido obligada a cancelar todos los vuelos en esa ruta durante un mes.