Pakistán vive pendiente de los militares tras las elecciones ganadas por el candidato preso

Khan acabó en la cárcel hace dos años después de enfrentarse a los generales. Su partido fue desmantelado y, aun así, ha sido ahora el más votado. Este resultado supone un tremendo revés para su gran rival, la Liga Musulmana (PML-N) de Nawaz Sharif, que ha sido primer ministro en tres ocasiones, y también para la cúpula militar.

Nawaz Sharif confía en sellar alianzas con otros partidos para sellar un gobierno de coalición. En cambio, ninguna formación política parece dispuesta a unirse a Khan y colocarse así frente a los generales, que han visto cómo los comicios cuestionan su control sobre el país.

Su candidato ha sido batido por Khan, muy apoyado por una clase media en crisis que ve en el político encarcelado el camino para crear un estado del bienestar. «¿Cómo reaccionarán los militares?», se pregunta un analista de 'The Washington Post'. Hay varias opciones, entre ellas, tomar medidas aún más duras contra Khan o buscar una reconciliación con el exprimer ministro al que ya apoyaron en una ocasión.

En apenas unos días, Pakistán ha pasado de la rabia al comprobar que el candidato más votado no tiene opciones de gobernar a una especie de resignación ante una coyuntura política que, como siempre allí, baila al son que marcan los generales. En cualquier caso, como recoge el diario estadounidense, la percepción mayoritaria es que la cúpula militar ha sufrido un gran golpe.