T. Díaz
Viernes, 6 de diciembre 2024, 13:14
Desde su regreso al poder en agosto de 2021, los talibanes se han encargado de hacer retroceder en décadas los derechos de las mujeres. El último «golpe», denunciado por Naciones Unidas, ha sido la prohibición para que puedan estudiar en institutos médicos, una medida que ... además de limitar aún más las salidas laborales del colectivo femenino y su participación en la vida pública causaría muertes en un país donde ya es acuciante la falta de profesionales de la salud.
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La directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, se ha mostrado «profundamente alarmada» por la decisión que ha aprobado el líder supremo del emirato, el mulá Hebatulá Ajundzada, y que ya ha sido trasladada al Gobierno. «Es otro golpe devastador para los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán», ha subrayado al recordar que «estas profesionales desempeñan un papel vital a la hora de garantizar que las mujeres reciban una atención materna adecuada, que los niños sean vacunados y que las comunidades tengan acceso a servicios sanitarios esenciales».
En un país que ya tiene una de las tasas de mortalidad más altas del mundo, la nueva restricción impuesta por los talibanes impedirá que las estudiantes participen a partir de ahora en cursos para ser matronas, dentistas o enfermeras, lo que impactará aún más en la escasez de personal en los hospitales y otros centros sanitarios. Ya en diciembre de 2022, los fundamentalistas cerraron además las puertas de las universidades a las mujeres y eran estos más de 160 centros ahora vetados al colectivo femenino en los que buscaban seguir formándose para intentar aumentar sus posibilidades de encontrar trabajo.
Los talibanes promulgaron el pasado agosto la llamada 'Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio', que institucionalizó la discriminación femenina y expandió las restricciones, incluida una 'ley del silencio', que declara la voz de la mujer como algo que sólo puede ser escuchado «en casos de necesidad». En 2023, las autoridades del emirato clausuraron igualmente todos los salones de belleza del país y obligaron a llevar burka a las presentadoras de televisión, cuyos rostros han ido desapareciendo progresivamente con el regreso del fundamentalismo.
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