colpisa / afp
Madrid
Martes, 26 de noviembre 2019, 09:00
La abrumadora derrota de los candidatos pro-Pekín en las elecciones locales en Hong Kong refleja el «descontento» de la población, reconoció la jefa del Ejecutivo Carrie Lam, aunque sin hacer concesiones para resolver la crisis política que atraviesa la antigua colonia británica desde hace más ... de cinco meses.
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En Pekín, los medios de comunicación ignoraron la victoria de la oposición prodemocracia y prefirieron desacreditar las condiciones en las que se celebraron las elecciones.
La líder de Hong Kong, que cristaliza la ira de los manifestantes, se ha comprometido «mejorar la gobernanza» del Ejecutivo. Reconoció que las elecciones mostraron la preocupación por «las deficiencias del gobierno, sobre todo el descontento con el tiempo necesario para lidiar con la inestabilidad actual y, por supuesto, para poner fin a la violencia».
Los candidatos prodemocracia ganaron el domingo 388 de los 452 escaños del consejo de distrito en las elecciones locales, un desaire para Lam y para las autoridades chinas.
Los manifestantes responsabilizan a Lam de la crisis política sin precedentes que atraviesa la excolonia británica desde su devolución a China en 1997.
La radicalización de los manifestantes y la creciente violencia de sus iniciativas no han impedido que los votantes castigaran a Lam, quien creía que una mayoría silenciosa aprobaba su gestión.
Tras conocerse los resultados electorales, los manifestantes instaron a Lam a satisfacer sus cinco demandas, incluida la instauración del sufragio universal y una investigación sobre presuntos actos violentos por parte de la policía.
Lam prefirió eludir las demandas, denunció la violencia de los manifestantes y reiteró su oferta de diálogo entre todas las partes. Una propuesta rechazada por los opositores, que consideran que llega demasiado tarde y es insuficiente.
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«Lo que necesitamos ahora es un diálogo comunitario (abierto) e invitar a líderes sociales a que nos ayuden a analizar las causas de los disturbios y de los problemas sociales profundamente arraigados en Hong Kong, y a encontrar soluciones», dijo Lam.
El apoyo de la población al movimiento a favor de la democracia apaciguó al parecer a Lam y al gobierno chino que insistían que solo una franja violenta y radical de la población participaba en las manifestaciones.
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Según Lam Cheuk-ting, diputado y dirigente del Partido Demócrata, el principal partido de oposición, las declaraciones de la jefa del ejecutivo reflejan que no hay «reflexión, ni respuesta ni resolución» sobre la crisis actual. «La votación despertó al campo pro-establishment, pero Lam prefiere quedarse dormida, como en estado de coma profundo», dijo Lam Cheuk-ting.
Los medios de prensa estatales chinos, que pusieron en duda la legitimidad del escrutinio, prefirieron destacar las violencias durante la campaña electoral. Los disturbios «perturbaron gravemente el proceso electoral», afirmó el Diario del Pueblo, órgano del Partido Comunista en el poder, que no informó sobre el resultado de las elecciones.
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El diario en inglés China Daily afirmó en un editorial que el comicio había sido «falseado por las maniobras de intimidación» y los «golpes bajos».
La derrota reforzó las especulaciones sobre una eventual renuncia de Lam, pero el gobierno central aseguró el lunes que seguía apoyándola «resueltamente».
En respuesta a una pregunta, Lam dijo que no recibió ningún mensaje de Pekín pidiéndole que asumiera el fracaso electoral. Lam reiteró varias veces el llamado a que se rindan dirigido a los manifestantes atrincherados desde hace una semana en la Universidad Politécnica (PolyU) de Hong Kong.
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