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Con sus más de sesenta toneladas de peso y nueve metros de largo cuesta imaginar que alguien pueda llevarse un carro de combate como el Merkava 2, el principal que utiliza el ejército israelí, sin que nadie se dé cuenta. Y más increíble aún es ... que desaparezca de una instalación militar. Pero lo cierto es que ha ocurrido, en Israel, cuyas autoridades investigan cómo fue posible el robo de uno de estos tanques de una base castrense sin que saltara ninguna alarma. El vehículo apareció en un desguace. El suceso, según han informado este miércoles las autoridades del Estado hebreo, se encuentra ya en investigación.
El misterioso robo tuvo lugar hace unos días cerca de Elikim, en el norte de Israel, donde el ejército cuenta con una base de entrenamiento. De allí fue sustraído el carro de combate -que no tiene precisamente la movilidad entre sus puntos fuertes pues se priorizó su blindaje- localizado después en un desguace de Nasher, a unos veinte kilómetros de distancia. Quién, cómo o por qué se llevaron el tanque son las cuestiones que investiga ahora la Policía israelí en colaboración con el Ministerio de Defensa.
El vehículo, explicó el cuerpo policial a través de X (antes Twitter), se encuentra «inutilizado», por lo que los ladrones poco uso podrían haberle dado. «Quedó fuera de servicio hace muchos años», agregó. La producción del modelo Merkava 2 -hay otro par de versiones posteriores- se mantuvo hasta principios de los años noventa y una de sus últimas incursiones tuvo lugar en la guerra de Líbano hace década y media. La unidad hallada en un desguace «no tiene armamento y sus sistemas no funcionan», y ya se encuentra bajo control de las autoridades hebreas.
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