Irán presiona a familiares y amigos de la joven en coma golpeada por la Policía de la Moral

La versión oficial es que esta estudiante de origen kurdo de 16 años sufrió «una bajada brusca de tensión» cuando se encontraba en una parada del metro de Teherán. Medios de la oposición y organizaciones de derechos humanos contradicen esta versión y acusan a la Policía de la Moral de propinarle un golpe que le causó un traumatismo craneoencefálico. En las imágenes de las cámaras de seguridad se observa cómo se saca el cuerpo de la joven desde el interior del vagón.

Los medios oficiales han difundido entrevistas con los padres y compañeros de clase de Armita en los que defienden la tesis oficial ante las cámaras y confirman la «bajada de tensión» sufrida en el metro.

Iranwire recoge el testimonio del Consejo de Coordinación de Educadores de Irán, que el miércoles informó de la presencia del director de seguridad del Ministerio de Educación en la escuela de Armita. En su visita, «amenazó a sus profesores (…) Enfatizó que compartir cualquier noticia o foto de Armita en las redes sociales resultaría en fuertes multas y la rescisión inmediata de sus contratos», en el caso de los profesores.

Cuando falleció Amini también se dieron dos versiones totalmente opuestas. El régimen defendió que la muerte «no fue causada por ningún golpe en la cabeza ni en las extremidades» sino que estaría relacionada con «una intervención quirúrgica por una lesión cerebral a la edad de 8 años» que habría sufrido la joven. La familia nunca ha aceptado esta versión y denuncia los malos tratos que sufrió después de que le detuvieran por no llevar bien el velo.

Pocos días después del primer aniversario de la muerte de Amini, llega el ingreso hospitalario en coma de Armita y las autoridades tratan de evitar una nueva explosión social en forma de protestas. El espíritu de Amini sigue muy vivo en Irán y por eso cada vez más mujeres se quitan el velo, sin miedo a las multas, detenciones o golpes de las fuerzas de seguridad. La obligación de cubrirse se remonta al triunfo de la revolución islámica y patrullas especiales se encargan de velar por esta norma que es una de las líneas rojas para los ayatolás. Patrullas como la que se encontró Armita en la estación de metro de Shohada.