India irrita a los musulmanes por abrir un templo hindú donde tiraron una mezquita

Las dos comunidades viven enfrentadas por este enclave. Los seguidores de Ram dicen que era un lugar sagrado para ellos mucho antes de que los mongoles fieles al Islam edificaran allí una mezquita en 1.528, que se mantuvo en pie hasta los incidentes de 1992. En 2019, el Tribunal Supremo entregó ese terreno a los religiosos hindúes y reservó otro solar para que los musulmanes construyeran un nuevo centro de culto. El templo de Ram ya está abierto mientras que aún no se ha puesto la primer piedra de la mezquita.

Ayer hubo fiesta en Ayodhya y en el resto de la India, donde los hindúes son mayoría (79% frente a un 15% de musulmanes). Ciudadanos vestidos de color azafrán, banderas, rezos... El país quedó paralizado ante la celebración de un acto que allí es histórico. «Esto supone el amanecer de una nueva era», anunció Modi, a quien la oposición critica por aprovechar esta inauguración para mejorar su imagen de cara a las elecciones de mayo. También llegaron críticas desde Pakistán por relegar a la comunidad musulmana.

«El Señor Ram ha llegado. Nuestro Ram lalla (niño) ya no vivirá en una tienda de campaña. Residirá en este templo divino», señaló Modi. «Somos una nación que se levanta rompiendo la mentalidad de la esclavitud», dijo.

Legiones de trabajadores y escultores han trabajado para completar una obra de más de 50 metros de altura que ha costado 230 millones de euros, procedentes, en su mayoría, de donaciones particulares. El Gobierno, eso sí, se ha encargado de las infraestructuras. Ha abierto un aeropuerto en Ayodhya y ha invertido 3.000 millones de euros en ampliar la red viaria y remodelar los edificios de esta ciudad de sólo 55.000 habitantes y que es ya un imán para los devotos. A la ceremonia asistieron 7.500 personas, incluidas autoridades, grandes empresarios y estrellas de Bollywood.