Una explosión durante una misa en Filipinas causa cuatro muertos y decenas de heridos

La misa se celebraba en el gimnasio del centro universitario cuando una fuerte explosión sembró el terror entre los asistentes. Chris Jurado, un estudiante de 21 años, era uno de ellos: «Ocurrió de repente, todos comenzaron a correr». En un primer momento reinó la confusión, como cuenta Rowena Mae Fernández, de 19 años, que inicialmente no pensó que se tratara de un artefacto explosivo. «Mi acompañante y yo corrimos, aunque caímos al suelo. Fue lo único que recordé hasta que salí del gimnasio y me caí de nuevo», comparte. La Universidad suspendió las clases y reforzó la seguridad en el campus.

El alcalde de Marawi, Majul Gandamra, pidió a los miembros de las comunidades musulmana y cristiana a permanecer unidos. «Nuestra ciudad ha sido por mucho tiempo un ejemplo de coexistencia pacífica y armonía, y no permitiremos que tales actos de violencia opaquen nuestro compromiso colectivo con la paz y la unidad», indicó en un comunicado. La región ha sufrido durante décadas ataques contra autobuses, templos católicos y mercados públicos hasta que, en 2014, el Gobierno filipino selló un acuerdo de paz con el mayor grupo rebelde del país, el Frente Moro Islámico de Liberación, que puso fin entonces a su alzamiento armado.

En la zona, sin embargo, continúan activos grupos menores de combatientes musulmanes contrarios al acuerdo de paz, entre ellos algunos leales a Estado Islámico. Hace seis años, en mayo de 2017, cientos de hombres armados locales y extranjeros aliados de ese grupo asediaron la ciudad de Marawi.