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Un ciudadano español figura entre las decenas de heridos causados por las fuertes turbulencias sufridas por un vuelo de Singapore Airlines este martes, por las que falleció un ciudadano británico de 72 años. Según informa la agencia EFE, citando fuentes cercanas al caso, se trata ... de un hombre que tiene una contusión por darse un «golpe contra el techo» porque no llevaba el cinturón de seguridad, como les pasó a otros muchos pasajeros afectados. Tal como ha avanzado la empresa de aviación, en la aeronave viajaban a 211 pasajeros y 18 tripulantes, la mayoría australianos (56), británicos (47) y singapurenses (41), así como dos españoles, incluyendo al herido. La misma fuente habla de 30 personas afectadas, aunque los hospitales de Bangkok, donde aterrizó de emergencia, aseguran que han atendido a 70 personas.
El siniestro ha causado gran conmoción por la gravedad de sus consecuencias ya que si bien las turbulencias son algo habitual, no lo es tanto que se produzcan tal cantidad de heridos ni mucho menos fallecimientos. El director ejecutivo de Singapore Airlines, Goh Choon Phong, ha emitido este miércoles un comunicado en el que lamenta lo ocurrido y pide disculpas por la «traumática experiencia». «Me gustaría expresar mis más sinceras condolencias a los familiares y seres queridos del fallecido», ha dicho. También ha asegurado que la aerolínea, una de las mejores del mundo, está «cooperando plenamente» con las autoridades en la investigación del incidente y que se está implicando en dar todo el apoyo posible «a los pasajeros y tripulantes que permanecen en Bangkok».
Entre tanto, poco a poco se van conociendo más detalles de lo ocurrido. Según ha detallado FlightRadar, la web que registra todos los vuelos del mundo, el Boeing 777-300 ER, sufrió una brusca pérdida de altitud. Fueron cuatro minutos durante los que se pasó de los 11.200 metros de altitud a los 9.400 metros, punto en el que el aparato se estabilizó. Una brusca caída que el propio Goh Choon Phong achacó a «turbulencias extremas« y que FlightRadar calificó como «evento repentino».
El servicio de pronóstico meteorológico AccuWeather ha confirmado a la agencia de noticias Reuters que en el momento del accidente se estaban produciendo «tormentas (ciclogénesis) explosivas» muy cerca de la trayectoria del vuelo. «Las tormentas en desarrollo a menudo tienen fuertes corrientes ascendentes, una zona de aire que se mueve hacia arriba, que se eleva muy rápidamente, a veces a más de 160 kilómetros por hora, y puede dejar a los pilotos con poco tiempo para reaccionar si ocurre directamente frente al avión», ha explicado Dan DePodwin, director senior de operaciones de pronóstico de AccuWeather.
La mayorías de las veces pueden tener que ver con episodios tormentosos, pero también cuando el cielo está aparentemente tranquilo. Un estudio de la Universidad de Reading, en Reino Unido, ha comprobado que las turbulencias se han incrementado un 55% en los últimos 40 años. Y lo que es peor: la tendencia es que se tripliquen a finales de siglo debido al cambio climático.
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