La gente camina con su equipaje en una estación de tren durante la fiebre anual del Festival de Primavera antes del Año Nuevo Lunar chino. REUTERS

China teme una ola de covid aún mayor por el año nuevo lunar

Tras el fin de las restricciones, 300 millones de emigrantes rurales que trabajan en las ciudades y fábricas vuelven a sus pueblos con sus familias

PABLO M. DÍEZ

CORRESPONSAL EN ASIA

Lunes, 16 de enero 2023, 19:26

Después de un mes ocultando las cifras, las autoridades chinas reconocieron por fin el sábado que casi 60.000 personas han muerto de covid tras el abrupto levantamiento de los confinamientos y restricciones el 7 de diciembre. Aunque el número es altísimo, solo incluye a ... los fallecidos en los hospitales y no en casa, por lo que la realidad es todavía peor.

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Al margen de la veracidad de los datos oficiales, siempre en duda por la opacidad del régimen, este balance da buena cuenta del tsunami de infecciones que sacude al país. A tenor de un estudio de la Universidad de Pekín, ya se han contagiado 900 de los 1.400 millones de chinos, lo que supone el 64% de la población. En algunas provincias, como Yunnan o Qinghai, la proporción llega al 80 por ciento y en otras, como Henan y Gansu, supera el 90%.

Por mucho que se haya propagado el coronavirus desde el fin de la política de 'covid cero' por las históricas protestas de finales de noviembre, lo peor en China puede estar todavía por llegar. Para los dos próximos meses se espera una oleada de muertes todavía mayor por el año nuevo lunar, que empieza el sábado. En estas fiestas, que se prolongan durante las dos semanas anteriores y posteriores al día de año nuevo, se registran más de 2.000 millones de desplazamientos entre el 7 de enero y el 15 de febrero.

Además de los viajes de turismo y por vacaciones escolares, que este año se dispararán por el fin de los controles y las cuarentenas, destacan los que hacen 300 millones de emigrantes internos que trabajan en las fábricas y las grandes ciudades, para quienes es su única oportunidad de volver a casa con sus familias en las zonas rurales. En lo que supone el mayor movimiento de masas del mundo, decenas de millones de personas ya han empezado a abarrotar las estaciones de trenes y los aeropuertos, con el consiguiente riesgo de que el coronavirus siga extendiéndose por todo el país.

Escasos recursos médicos

Si la primera ola ya ha colapsado los hospitales, funerarias y crematorios de las grandes urbes, que están mejor preparadas, la segunda puede ser devastadora en las ciudades y pueblos del interior, que cuentan con escasos recursos médicos y donde también viven muchos mayores que no han sido vacunados con la dosis de refuerzo. Hace unos días, un médico rural de la provincia costera de Shandong, Zhu Wenbing, contaba al periódico 'South China Morning Post' que no había visto tantos enfermos en su clínica en sus casi tres décadas de experiencia.

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«Todas las medicinas contra el covid son difíciles de conseguir y su precio ha subido mucho», se quejaba el doctor, que llegó a tener hasta medio centenar de pacientes al día a finales de diciembre. Hasta la erradicación de las restricciones, las clínicas rurales no podían tratar a pacientes aquejados del coronavirus para evitar brotes que no se pudieran atajar.

Frente a los 3,96 doctores y 5,4 enfermeras por cada 1.000 personas en las ciudades, en las zonas rurales la proporción baja hasta los 1,48 médicos y 2,1 enfermeras, según indican los datos oficiales. Peor aún es la relación de camas UCI, que antes de la apertura en diciembre tenía una media nacional de 3,6 por cada 100.000 habitantes. Pero, tras el levantamiento de las restricciones, saltó de la noche a la mañana a casi 10 por cada 100.000 personas, sin que la Comisión Nacional de Salud explicara como había obrado tal milagro.

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Como no todos los chinos tienen tanta fe en el régimen del Partido Comunista, sobre todo tras eliminar las restricciones sin haberse preparado durante los tres últimos años, algunas proyecciones matemáticas calculan más de un medio millón de muertos por covid en 2023. «Es hora de centrarse en las zonas rurales», recomendaba a principios de mes el exdirector del Centro de Prevención y Control de Enfermedades, Zeng Guang, según recogía 'Caixin'.

Por su parte, la directora de la Comisión Nacional de Salud, Jiao Yahui, advertía recientemente en la televisión estatal CCTV que «el sistema de emergencia en las áreas rurales es más débil y los recursos, incluyendo el personal y las medicinas, son más escasos». En su opinión, «el mayor reto es que los pacientes críticos de las zonas rurales puedan ser trasladados a tiempo a hospitales de nivel superior».

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Después de tres años desde el estallido de la pandemia, nadie entiende que las autoridades no se hayan preparado y se esté repitiendo por todo el país la misma catástrofe que azotó a Wuhan aquel trágico enero de 2020.

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