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Zigor Aldama
Shanghái
Jueves, 18 de junio 2020, 14:14
Lo peor ya ha pasado. El rebrote del coronavirus en Pekín ha superado su pico de infecciones y ya está bajo control. Eso es lo que piensa el epidemiólogo jefe del Centro de Prevención y Control de Enfermedades, Wu Zunyou. «Pero que esté controlado no ... quiere decir que el número de nuevos casos vaya a caer a cero mañana o pasado mañana», ha advertido el experto en una conferencia de prensa. «La tendencia actual se mantendrá durante un tiempo, pero luego la curva comenzará a bajar, como sucedió en enero y febrero», ha explicado Wu, consciente de que todas las miradas están puestas en Pekín.
No en vano, China ha informado hoy de que ayer la capital registró 21 nuevos contagios -10 menos que el martes-, y la Comisión Nacional de Salud ha añadido que las vecinas Hebei y Tianjin también identificaron tres infecciones más. Wu cree que todas ellas se produjeron antes del pasado día 12 y que están relacionadas con el mercado de Xinfadi. Allí se detectó el primer caso el pasado jueves, y ya son 157 los relacionados con el principal mercado de abastos de la capital, que es también el más grande de toda Asia.
En total, las autoridades sanitarias han realizado más de 400.000 tests de coronavirus que han permitido identificar ocho clústeres diferentes. En uno de ellos, por ejemplo, el empleado de un restaurante que nunca había estado en Xinfadi se contagió a través de un compañero de trabajo que había adquirido alimentos allí. Por eso, las medidas de restricción implementadas en los últimos días se mantendrán durante cierto tiempo. «Haber actuado rápidamente ha impedido que Pekín se convierta en un nuevo Wuhan», ha sentenciado Wu, que ha considerado normal que se den este tipo de rebrotes.
Lo que no son normales son las condiciones higiénicas de muchos mercados chinos. La Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista ha reconocido que en demasiadas ocasiones no cumplen con los estándares mínimos y urge en un informe publicado ayer a que China «minimice los riesgos para la salud en los mercados». Los problemas se detectan en todos los eslabones de la cadena: desde la cadena de frío en el caso de los alimentos refrigerados, hasta las condiciones en las que se muestra al público, pasando por su manipulación. No en vano, incluso en establecimientos es posible encontrarse con cucarachas entre las verduras, trozos de carne en charcos de un líquido sospechoso, o congeladores con las puertas abiertas.
«La epidemia es un espejo que no solo refleja el aspecto sucio y desordenado de los mercados mayoristas, sino que también evidencia el bajo nivel de su gestión», señala la Comisión en su informe, en el que también incide en la necesidad de modernizar unas instalaciones construidas hace décadas, «cuando el drenaje y el tratamiento de aguas residuales estaban relativamente poco desarrollados». La epidemia del coronavirus, que pudo haber surgido en un mercado de Wuhan, ha dejado en evidencia el riesgo que supone esta situación, y China se ha propuesto aprender y rectificar. No en vano, la crisis sanitaria ya ha logrado que el país destierre el consumo de especies exóticas y ofrezca la máxima protección al pangolín, animal al que muchos señalan como intermediario del SARS-CoV-2 entre el murciélago y el ser humano.
De forma paralela, los expertos continúan buscando el origen del brote actual, ya que ni en Wuhan ni en Pekín se ha localizado al 'paciente cero'. No obstante, poco a poco va perdiendo fuerza la teoría de que el coronavirus que provocó el rebrote de la capital proceda de Europa y haya llegado en remesas de salmón importado. El ministro de Pesca de Noruega ya descartó esa posibilidad, y la Unión Europea también ha incidido en que no hay suficientes evidencias que apunten en esa dirección. «La secuencia genética por sí sola no es suficiente para determinar que el virus proceda de Europa», ha afirmado Giovanni Mancarella, portavoz del Centro para el Control de Enfermedades de la UE. «Esta es una pandemia global en la que el ARN del virus está en mutación constante, por lo que no es sorprendente encontrarse con cepas de Europa en China, o viceversa», ha añadido.
«Me temo que el asunto del salmón sea una cortina de humo para escurrir el bulto y evitar que la gente piense que el Gobierno ha gestionado mal el asunto», comenta una mujer residente en Pekín que prefiere mantenerse en el anonimato. «Pero no lo está haciendo solo China. En Estados Unidos, Trump también nos señala constantemente para tapar su pésima gestión de la crisis, y eso es peligroso. De esto tenemos que aprender a ser transparentes y colaborar», añade. En cualquier caso, las palabras de Wu han llenado las redes sociales de un optimismo que parecía haberse borrado tras la detección del rebrote de Xinfadi.
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