Secciones
Servicios
Destacamos
La Fortaleza Ozama es el fortín más antiguo de América. Lo construyeron los españoles a partir de 1502 en la capital de República Dominicana con el fin de defenderse de la piratería durante la época colonial. Y este fin de semana sirve para defender al ... mundo de otra acción de piratería: la invasión de Ucrania. Más de una docena de jefes de Estado y de Gobierno celebran allí la Cumbre Iberoamericana -con la presencia de España y Portugal, las notorias ausencias de México y Brasil y la esperada renuncia de Venezuela, El Salvador y Nicaragua- para consolidar la unidad frente a la guerra iniciada por Rusia en febrero de 2022.
Este es el asunto que figura en la tramoya de la asamblea, la primera presencial desde la pandemia de 2020, puesto que el orden del día oficial lo preside la búsqueda de consensos para «generar una agenda de futuro entre América Latina y Europa», tal y como define el excanciller chileno Andrés Allamand, anfitrión de la cita en su calidad de jefe de la Secretaría Iberoamericana. Y en el estrechamiento de lazos a ambos lados del Atlántico y el desbloqueo de acuerdos con Mercosur para ampliar las fronteras comerciales se empeñaron este sábado los estadistas, en la jornada clave de reuniones, que también abordó la crisis alimentaria y los desafíos climáticos. La conclusión: la necesidad de unidad para afrontar retos globales.
La delegación española está encabezada por Felipe VI, al que acompañan el presidente Pedro Sánchez, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. Existe un simbolismo en que Borrell viajara desde Bruselas a Santo Domingo en el mismo avión que el mandatario español y que los dos celebrasen el sábado, antes de las sesiones de trabajo, una reunión conjunta con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Ataviados todos con guayaberas, que parece haberse convertido en la prenda oficializada como uniforme alternativo de la cumbre, se trataba de hacer visible el deseo mutuo de fortalecer e incluso de convertir en simbiótica la relación entre América y la UE. Sánchez pretende que sea uno de los puntos fuertes de la presidencia española de la Unión que comienza en julio y se prolongará seis meses.
La reacción de sus interlocutores fue positiva. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, apostó por el acercamiento y vio un «aliciente» en la presidencia española del Consejo. Una etapa que se abrirá además con una cumbre en Bruselas entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños los días 17 y 18 de julio, donde se formalizará una serie de inversiones europeas en esta región.
El jefe del Gobierno chileno, Gabriel Boric, ensalzó también los «valores compartidos» entre Europa y América Latina y coincidió en que la dirección española será una «gran oportunidad» para «unir fuerzas y convicciones». De modo más gráfico, Rodrigo Chaves, presidente de Costa Rica, calificó a España de «vocero de Latinoamérica en Europa».
La única crítica a las relaciones bilaterales la expuso el presidente paraguayo, quien consideró «inaceptable» la demora en la aprobación de un pacto comercial entre la Unión y Mercosur. Esta poderosa organización la componen Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay y en el año 2000 iniciaron conversaciones con Bruselas para sellar un pacto conjunto. Sin embargo, el rechazo de varios socios comunitarios a las prácticas escasamente sostenibles en Brasil por parte de empresas que han acelerado la deforestación del Amazonas ha bloqueado un pacto que, finalmente, podría firmarse este mismo año tras la salida de Jair Bolsonaro del Gobierno y la llegada de Lula da Silva, cuya primera acción oficial ha sido restaurar las comunidades indígenas y desarrollar un plan de protección de la reserva ambiental más grande del mundo.
El primer ministro de Portugal, António Costa, instó ayer a seguir trabajando para cerrar cuanto antes el compromiso, aunque advirtió que «no hay ningún acuerdo comercial que no tenga ajustes».
Pedro Sánchez, en su discurso, se refirió al otro asunto que lleva en su maleta y advirtió a los líderes del «impacto global» de la guerra en Ucrania, cuya responsabilidad atribuyó al presidente ruso, Vladímir Putin. El dirigente español les invitó a «mirar más allá» de sus fronteras y hacer oír su voz en contra de la invasión en todo el mundo.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, le secundó en esta idea al alertar de que se trata de «una guerra global» cuyos efectos se dejan sentir en «todos los continentes». Boric, que esta semana ha conversado por teléfono con el líder ucraniano Volodímir Zelenski, coincidió en que Moscú ha cometido una «violación flagrante» del Derecho Internacional, a la que «no nos podemos acostumbrar». El colombiano Gustavo Petro, por su parte, pidió que el rechazo sea «general» porque «no se puede criticar» el enfrentamiento en Ucrania «si apoyamos otras invasiones, como las hechas por petróleo» en el pasado, en clara crítica a Estados Unidos.
La guerra supone un asunto tan proclive a generar suspicacias que ha sido apeado por completo de la agenda. Al revés de lo que sucede en la UE, donde son semanales las reuniones, cumbres y minicónclaves donde se reitera la condena de la invasión rusa, los organizadores de la cita dominicana han preferido dejar la crisis bélica para las reuniones secundarias o, en todo caso, como un debate espontáneo de las dos sesiones plenarias.
Nicaragua y Venezuela son los dos únicos países convocados en esta cumbre -aunque sus máximos líderes no hayan acudido- que respaldan abiertamente a Moscú. El resto ha rechazado la invasión de un modo más o menos riguroso y apoyado las resoluciones de condena de la ONU, pero no comparte las iniciativas de Estados Unidos y la Unión Europea de enviar armas a Kiev o imponer sanciones a Rusia.
En este sentido, la voz más disruptiva este sábado fue la del presidente de Costa Rica, quien lamentó que «mucha gente ha querido hacer de esta guerra un problema europeo y no lo es». «Tenemos -alentó Chaves a sus colegas iberoamericanos- que pronunciarnos de manera más vocífera y vigorosa contra ese proceso ilegal que afecta a la vida de miles de personas, pero que también impacta nuestras economías y oportunidades de desarrollo».
Felipe VI consideró este sábado que la Cumbre Iberoamericana es una «iniciativa de éxito» que ha arrojado «significativos resultados» en su larga historia, que se remonta a 1991. El Rey llamó además a los países iberoamericanos a mantenerse unidos en la defensa de sus principios y, en especial, de la democracia, el Estado de Derecho, la justicia social y los derechos humanos. «En un mundo tan convulso como el de hoy, todas las naciones de nuestra Comunidad Iberoamericana deben mantenerse unidas y hacer oír su voz» para defender los valores del «acervo iberoamericano», subrayó Felipe VI, que garantizó a los gobernantes «la voluntad y colaboración decidida de España». El Monarca puso en valor la labor de la Secretaría General Iberoamericana para «ordenar e impulsar nuestras acciones».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.