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Puerto Rico se ha convertido en el inesperado protagonista de la recta final de la campaña electoral en Estados Unidos. Irrumpió en escena hace una semana, en Nueva York, durante un multitudinario mitin de Donald Trump en el Madison Square Garden, donde el cómico Tony ... Hinchliffe lo calificó sin ninguna gracia como «isla flotante de basura». Unas palabras de tan mal gusto que hasta los republicanos intentaron distanciarse del discurso de su invitado. También allí, en ese territorio entre el océano Atlántico y el mar Caribe, se vota el 5 de noviembre. Ahora está en manos progresistas, las del gobernador –el mayor cargo insular– Pedro Pierluisi, quien, como Joe Biden, fue elegido hace cuatro años.
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Desde 1948, el ciclo electoral de Puerto Rico se sincroniza con el de Estados Unidos. El Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD), dos formaciones tradicionales, llevan turnándose en el poder desde que la isla caribeña se convirtió en un Estado Libre Asociado a EE UU en los años cincuenta. Pero eso podría cambiar a partir del próximo martes porque las encuestas auguran una victoria de Juan Dalmau, del Partido Independentista Puertorriqueño. Los sondeos le dan un 30% de los votos, igual que a Jenniffer González –la sucesora de Pierlusi en el PNP–, mientras que Jesús Manuel Ortiz, del PPD, cosecharía el 22% de las papeletas.
Hay varios temas que han sobrevolado la campaña electoral. Uno de ellos es un mal endémico del territorio: la migración. La diáspora boricua es una de las más grandes del mundo. Según el censo estadounidense, la población de la isla en 2023 era de 3.260.314 personas. Un dato llamativo ya que, más o menos, es el mismo número de habitantes que tenía en la década de los ochenta, y eso que en Estados Unidos viven hoy unos 6 millones de puertorriqueños, incluidos artistas de renombre internacional –Ricky Martin, Marc Anthony...– que han cargado las tintas contra los republicanos tras el desafortunado comentario en el mitin de hace una semana. Su influencia no es poca y en algunos Estados norteamericanos esta comunidad posee un peso considerable, como en Pensilvania, donde unos 470.000 votantes nacieron en el territorio caribeño.
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La movilidad entre Puerto Rico y Estados Unidos es sencilla, y Washington, además, no pone ninguna pega a los boricuas para que fijen su residencia en suelo estadounidense. Esto preocupa en la isla ya que entre los migrantes hay muchos jóvenes que optan por buscar una oportunidad en el extranjero. Los candidatos han enfatizado la necesidad de que el talento se quede en casa. Ortiz (PPD) ha propuesto la creación de un fondo para la retención de personal cualificado para cubrir «profesiones críticas», por ejemplo, en el sector médico. Su idea es incentivar a las personas que podrían cobrar más en el extranjero para que no emigren. González también ha propuesto medidas para evitar la fuga de doctores y enfermeros y quiere impulsar el turismo sanitario entre sus residentes ya que el sistema de salud se halla en crisis por las largas listas de espera derivadas, precisamente, de la falta de profesionales.
No es la única crisis que sufre Puerto Rico. Otra es la energética, con apagones periódicos, lo que ha convertido este asunto en uno de los más citados a lo largo de la campaña. Entre 2013 y 2024, el tiempo en el que los boricuas han estado sin luz ha aumentado un 150%. Hace tres años Luma Energy se convirtió en la compañía responsable del suministro eléctrico, y los ciudadanos se quejan de que desde entonces no solo el servicio no ha mejorado, sino que ha repercutido negativamente en la factura. Todos los candidatos, conscientes de la crispación ciudadana por este tema, han prometido cancelar el contrato con la empresa. Además, la isla es propensa a sufrir los efectos devastadores de fenómenos climáticos. El huracán 'María', por ejemplo, dejó en 2017 a la mayoría del territorio sin electricidad durante meses.
3,2 millones
de personas viven en Puerto Rico, que tiene una importante diáspora en Estados Unidos. Allí residen unos 6 millones de boricuas, cuyo peso es notable en rincones como Pensilvania, uno de los Estados clave en las elecciones del 5 de noviembre.
37.000 dólares
,o unos 34.000 euros al cambio, es el PIB per capita de la isla, el más alto de Latinoamérica y el Caribe según las cifras que maneja el Fondo Monetario Internacional (FMI). Aun así, el 39,6% del censo sobrevive por debajo del umbral de la pobreza.
La isla tiene, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mayor PIB per capita de Latinoamérica y el Caribe –unos 37.000 dólares–, pero eso no impide que el 39,6% de su censo se encuentre por debajo del umbral de la pobreza. Es casi el doble que la tasa que arroja el territorio menos rico de EE UU, Misisipi, donde el 19% de sus ciudadanos no es capaz de satisfacer sus necesidades básicas. Hay boricuas que sostienen que les iría mucho mejor si Puerto Rico se convirtiera en el Estado norteamericano número 51.
Pierluisi ha convocado para el mismo día de las elecciones un referéndum no vinculante sobre el futuro territorial con tres opciones: unirse a EE UU como un Estado federal más, continuar con su actual estatus de Estado Libre Asociado o, directamente, la independencia. El Congreso norteamericano, eso sí, tiene la última palabra al respecto. Muchos se quejan en Puerto Rico de que son ciudadanos estadounidenses, pero no se les tiene en cuenta en el país. Un ejemplo: los boricuas residentes allí pueden votar por el próximo inquilino de la Casa Blanca, pero quienes viven en la isla carecen de ese derecho. Otro motivo de crítica es que las instituciones federales pueden aprobar programas de ayudas sociales que no les incluyan.
El apoyo a la soberanía nacional es cada vez mayor en Puerto Rico, sobre todo entre la población de menor edad. Prueba de ello son los buenos resultados que obtuvo Dalmau en 2020, la anterior cita electoral, y el apoyo que le brindan figuras públicas que pueden influir de manera directa en la juventud, como el reguetonero Bad Bunny. El artista, tras los comentarios racistas sobre la isla que se escucharon en el mitin de Trump, comenzó a seguir en Instagram al candidato independentista. El futuro de los boricuas saldrá el próximo martes de las urnas.
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