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La figura de Javier Milei no deja indiferente a nadie. Algunos lo consideran un excéntrico ultra de derechas. Otros, en cambio, lo ven como la única persona capaz de salvar la situación económica de Argentina. El propio Milei, sin embargo, se define a sí mismo ... como «un libertario liberal anarcocapitalista». Cuando heredó la presidencia de Argentina el pasado 10 de diciembre, llegó con una convicción irrevocable, la de posicionarse en contra del 'establishment' político del país y romper con un 'statu quo', que, a su juicio, han impuesto los socialistas durante las últimas décadas.
Después de hacerse con el cargo, gran parte de la sociedad argentina se planteó si el 'León' -tal y como le llaman sus seguidores- iba a poder cumplir con las promesas que realizó durante su campaña. Como objetivos principales, se propuso acabar con «la casta», saco en el que, según él, se incluyen los «políticos inmorales que argumentan que no pueden hacer otra cosa con tal de proteger sus propios privilegios», los «ensobretados» -sobornados- medios de comunicación o los empresarios prebendarios. Por otra parte, se presentó como alguien capacitado para erradicar la inflación, uno de los mayores problemas de la nación: «Soy Javier Milei. Soy especialista en crecimiento económico con y sin dinero. Sé cómo hacer crecer una economía, sé cómo terminar con la pobreza. Y sobre todo, sé cómo exterminar la inflación».
Su narrativa casó muy bien con una sociedad que mostraba signos de hartazgo y cansancio generalizado, ansiosa por experimentar un cambio radical debido a la prolongada crisis económica que atraviesa Argentina, con una inflación galopante de por medio. Hoy, se puede llegar a afirmar que el 'plan Milei' ha logrado cumplir con sus expectativas -al menos por ahora- al reducir la inflación y el déficit fiscal, aunque, eso sí, la pobreza ha aumentado. Esta es la situación de Argentina tras un año con Milei al frente.
«Mi desprecio por el Estado es infinito». Son las palabras del economista, plasmadas en una reciente portada del semanario inglés 'The Economist'. Y es que el presidente argentino es el gran adalid del antiestatismo. Desde que llegó al poder aseguró que reduciría el papel del Estado drásticamente. Milei salió a un mitin de su campaña con una motosierra que se convirtió en la protagonista principal de su programa, simbolizando así sus pretensiones de poner bajo control la inflación y el déficit fiscal. Según los datos del Centro de Economía Política Argentina, el gasto estatal se ha reducido en un 25,2% respecto al ejercicio anterior y para llevarlo a cabo, ha despedido al 10% de la plantilla (aproximadamente 30.000 funcionarios) y ha cerrado 13 Ministerios.
El recorte se ha hecho muy palpable en sectores como la educación. Por ejemplo, el gasto en universidades se ha reducido en un 31,5% en términos reales respecto al año anterior. Esto repercute directamente en los salarios de los profesores y el personal no docente, que ha perdido un 33% de poder de adquisición desde la llegada de Milei al poder. «Con los salarios actuales, el 85% de la planta docente se encuentra por debajo de la línea de pobreza. No podemos seguir dando clases en estas condiciones», denunció la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires (AGD UBA). Milei vetó la Ley de Financiación Universitaria y desde entonces, las manifestaciones y las huelgas de alumnos y profesores han proliferado por todo el país, cargando contra un Ejecutivo que, según ellos, quiere desmantelar el sistema educativo público.
Otros sectores donde Milei ha pasado su motosierra son, por ejemplo, la ciencia y la cultura. La comunidad científica observa con gran preocupación los recortes que está implementando el presidente. Uno de los Ministerios que ha desaparecido es el de ciencia, que ahora es una secretaría. El gasto se ha reducido casi a la mitad -un 98%- respecto al 2023 y desde dentro se teme que pueda producirse una fuga de cerebros general. «Que quede en manos del sector privado. Que se ganen la plata sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad y mejor precio, como hace la gente de bien», dijo Milei. Por otra parte, ya ha advertido que en 2025 seguirá «a full con la motosierra».
Uno de los puntos que se anota a su favor el controvertido líder es el de haber podido reducir la inflación de manera más que considerable. Era una de sus promesas electorales, el monstruo más grande al que tenía que plantar cara. La situación económica era muy desfavorable en el momento en el que heredó el cargo: en noviembre de 2023, el IPC mensual subió un 12,8%, un 25,5% en diciembre y un 20,6% en enero de 2024. Actualmente, la tasa lleva seis meses consecutivos desacelerándose y el dato mensual de octubre registra un alza del 2,7%, el nivel más bajo desde octubre de 2021. Se espera que durante los próximos meses, la tasa siga descendiendo de forma sostenida hasta rondar el 1%.
Y es que Milei lleva sometiendo a la economía nacional a lo que en Argentina denominan una 'terapia de shock'. Según datos del Ministerio de Economía, el Gobierno lleva ocho meses consecutivos logrando superávits fiscales, logrando una cifra de 450 millones de euros. La prima de riesgo, un indicador clave para saber la salud económica del país, ha alcanzado su valor más bajo en cinco años, bajando del umbral de los 1.000 puntos básicos hasta 914. «Había que cortar con la emisión monetaria. Estamos saliendo del infierno de manera exitosa», aseguró Milei en una entrevista. Eso sí, el ajuste estructural del economista ha supuesto un duro golpe para gran parte de la ciudadanía.
Al cabo del primer semestre del año, el 52,9% de la población argentina -unos 24,6 millones- vivían bajo el umbral de la pobreza. Se trata del valor más alto de los últimos 20 años. Además, los grupos más vulnerables son los niños y los adolescentes, siendo dos de cada tres de ellos pobres. Antes de la llegada de Milei al poder, el dato de pobreza general se situaba en el 40,1%. Esto significa que la población pobre en Argentina ha aumentado de manera considerable desde entonces. Mientras la oposición señala a las políticas de Milei como las culpables de la situación, el Gobierno se defiende argumentando que la situación heredada era nefasta, y que cualquier mejora en este ámbito era misión imposible.
Manuel Adorni, portavoz presidencial, afirmó que «si no se evitaba la hiperinflación, la pobreza hubiese aumentado del 40% a cerca del 95% de la población. Nos dejaron al borde de ser un país con prácticamente todos los habitantes pobres». En este sentido, argumentó que «la recuperación no se logra de un día para otro», y que «nadie dijo que era un proceso sencillo ni que la actividad o el salario no iban a sufrir». Por su parte, Cecilia Moreau, del Frente Renovador y la vicepresidenta primera de la Cámara Baja, arremetió duramente contra el ajuste: «Los datos que se acaban de conocer son pura y exclusivamente responsabilidad de este Gobierno y son la consecuencia más dolorosa de las políticas de ajuste que se vienen implementando sobre los sectores medios, trabajadores, jubilados y más vulnerables. Nunca hubo un plan económico que, en tan poco tiempo, le sacara tantos millones para dárselo a tan pocos».
Tanto su arrolladora personalidad como su enfoque radical han convertido a Milei en uno de los referentes mundiales de la extrema derecha. Desde que maneja el timón, ha viajado varias veces al extranjero para reunirse con varios líderes mundiales de su misma ideología. Acaparó todos los titulares cuando asistió a 'Europa Viva 2024', evento organizado por Vox en el que se reunió con Santiago Abascal o con Marine Le Pen. Y hace apenas unas semanas, recibió la visita de la presidenta italiana, Giorgia Meloni, en la Casa Rosada. La buena sintonía entre ambos líderes se hizo palpable, y abogaron por la creación de «una alianza de naciones libres unidas en contra de la tiranía y la miseria».
Por otra parte, el Gobierno de Milei rechazó integrarse en los BRICS, y apuesta por alinearse con Occidente. Su primer viaje como presidente fue a Israel, y en abril solicitó unirse a la OTAN como «socio global». Pero si hay alguien que puede convertirse en el máximo apoyo de Milei, ese es Donald Trump. El presidente electo de Estados Unidos y el mandatario argentino se han intercambiado elogios en varias ocasiones. De hecho, tras su victoria presidencial, el magnate eligió a Milei como el primer líder internacional con el que reunirse y lo invitó a su residencia en Mar-a-Lago (Florida). Allí, afirmó que «el trabajo que (Milei) está haciendo en Argentina es increíble. MAGA también funciona allí, con el 'Make Argentina Great Again'. En cambio, en otros países no tanto». El argentino, en este sentido, dejó caer que su país podría lograr grandes acuerdos con la potencia norteamericana: «El gobierno electo se siente mucho más cómodo trabajando conmigo que con otros gobiernos y eso tiene implicancias comerciales y financieras».
Respecto al futuro, la economía argentina cuenta con una gran baza: el yacimiento petrolífero de Vaca Muerta. El petróleo argentino podría experimentar un 'boom' durante los próximos años. El Gobierno de Milei aprobó el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) en agosto, lo que aumenta la seguridad jurídica de las inversiones y abre la puerta a que inversores extranjeros apuesten por los diferentes sectores del país. Sin duda, Vaca Muerta se lleva la palma, ya que concentra el 70% de las inversiones, con 31 empresas involucradas. El terreno de 30.000 kilómetros cuadrados, ubicado en la Patagonia es el cuarto yacimiento de petróleo no convencional más grande del mundo y el primero en Latinoamérica. Y al mismo tiempo, es la segunda formación geológica de gas no convencional más grande del mundo. El potencial económico es enorme, y por ello mismo, Milei se ha propuesto acelerar su producción adoptando medidas para desregular su explotación.
Este 2024, la balanza energética argentina ha logrado el mayor superávit en 17 años, que es, según las proyecciones de las fuentes oficiales, de entre 5.000 y 6.000 millones de euros. Con la excepción del 2020 (año singular por el covid), Argentina ha acumulado 13 años seguidos de déficit energético, teniendo que importar desde fuera. Sin embargo, el futuro es esperanzador en lo económico. Según un informe de PwC, este superávit podría incrementarse hasta la cifra de 28.500 millones de euros para el año 2030.
En conclusión, el argentino llega a su primer año al frente del Gobierno con luces y sombras. Pese a que medidas como el veto a la Ley de Financiación Universitaria no hayan gustado a la mayoría de la población -el 58% lo desaprueba, según una encuesta de la consultoría Isasi/Burdman-, lo cierto es que Milei tiene un índice de popularidad relativamente alto. Un reciente sondeo llevado a cabo por la consultora CB refleja que el 52,3% de la ciudadanía aprueba su gestión al frente del Ejecutivo, mientras que un 46,7% la suspende. Al mismo tiempo, la mayoría piensa que la corrupción ha disminuido (56,4%) y el protagonismo de Argentina en el mundo ha crecido considerablemente (64,5%). El dato negativo para Milei es que la ciudadanía piensa que la situación económica ha empeorado durante el último año (54,5%).
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