darío menor
Enviado especial a Ciudad de Panamá
Domingo, 27 de enero 2019, 17:59
En su último día en Panamá, donde clausuró la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa Francisco se refirió este domingo a la grave situación política de Venezuela, donde la incertidumbre es máxima ante la negativa a ceder el poder del Gobierno de ... Nicolás Maduro después de que el opositor Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional, se auproclamara 'presidente encargado' y obtuviera el apoyo de Estados Unidos y de buena parte de los países latinoamericanos.
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«Aquí en Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido en estos días», dijo Jorge Mario Bergoglio durante su visita a la Casa Hogar del Buen Samaritano, una institución eclesial donde se acoge a enfermos de sida sin recursos o abandonados por su familia. Después de dirigir el rezo del Ángelus, el Pontífice recordó la «grave situación» que afronta Venezuela y manifestó su petición al Señor para que «se buque y se logre una solución justa y pacífica» que permita «superar la crisis respetando los derechos humanos y deseando exclusivamente el bien de todos los habitantes del país».
El obispo de Roma invitó a los presentes a rezar por Venezuela para que la ampare Nuestra Señora de Coromoto, patrona del país caribeño. Sus palabras provocaron que alguno de los presentes en la sala de la Casa Hogar del Buen Samaritano donde tuvo lugar el encuentro respondiera en tono solemne: «Amén».
Francisco no sólo se acordó de la difícil situación de Venezuela. También habló de Colombia por el reciente atentando sufrido en una escuela de cadetes de policía de Bogotá, donde murieron 20 personas. Destacó que algunos de los alumnos de esta academia llevaron la ofrenda de la misa conclusiva de la JMJ celebrada esta mañana y nombró, uno a uno, a cada una de las víctimas mortales. «Que estén presentes delante de Dios», dijo, implorando al Señor que le dé «paz» al pueblo colombiano.
Bergoglio tuvo igualmente palabras para las víctimas del atentado acaecido este domingo en la ciudad filipina de Joló, donde al menos 20 personas murieron y más de 100 resultaron heridas debido al ataque a la catedral católica con un coche bomba. «Reitero mi más firme reprobación por este episodio de violencia que enluta de nuevo a esta comunidad cristiana. Elevo oraciones por los muertos y heridos. Que el Señor, príncipe de la paz, convierta el corazón de los violentos y conceda a los habitantes de esa región una serena convivencia».
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En su repaso a las últimas tragedias, Francisco se acordó de las víctimas de la ruptura de un dique en el estado brasileño de Minas Gerais, que dejó al menos 34 muertos, y de las de la explosión de un oleoducto en Hidalgo (México), causante del fallecimiento de 70 personas.
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