¡Libertad! ¡Libertad!», coreaban. Con las «actas electorales en la mano», miles de manifestantes denunciaron este sábado en Venezuela y en 350 ciudades del resto del mundo el «fraude» en los comicios de Nicolás Maduro, que se autoproclamó por tercera vez presidente del país sin ... presentar –tres semanas después aún no lo ha hecho– los datos oficiales del escrutinio. La oposición, pese al despliegue intimidatorio de más de 6.000 miembros de la policía y la Guardia Nacional, mostró su fuerza en la avenida Francisco de Miranda, una de las más importantes de Caracas, mientras, también en la capital, el chavismo reunía a sus fieles en apoyo de Maduro y «contra el fascismo» con una concentración desde la avenida del Libertador al Palacio gubernamental de Miraflores. El clamor popular se decantó por la oposición, que mantiene su esperanza de lograr un «cambio político en paz», como repitió María Corina Machado. La líder opositora acudió a la cita pese a que, como confesó en 'The Washington Post, teme por su vida y a estar sometida a una investigación penal por parte del régimen.
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Machado llegó a la concentración cubierta con una capucha. Ya entre los suyos, subió al techo de una camioneta y micrófono y bandera en mano, arengó a la multitud. «Hoy estamos sintiendo qué es la fuerza del bravo pueblo en la calle», tal y como reza el himno nacional. Reivindicó que más del 80 por ciento de las actas electorales recopiladas por su equipo prueban la victoria de Edmundo González Urrutia, el candidato opositor, con el 67 por ciento de los votos. Conseguir esas actas frente a la represión del Gobierno «es la gesta cívica más grande de la historia de Venezuela». «El mundo –añadió– está maravillado. Hemos establecido un nuevo parámetro de vigilancia y defensa del voto ciudadano». A su juicio, ha llegado el momento de «derrotar el fraude» de Maduro y de «hacer respetar la voz del pueblo».
«Viene ahora una nueva etapa. Tenemos que mantenernos firmes y unidos. Tratan de asustarnos, de dividirnos, de paralizarnos, de desmoralizarnos. Pero no pueden porque están absolutamente atrincherados en su mentira (en referencia al Gobierno), en su violencia, en su ilegitimidad total», denunció Machado. Su objetivo es presionar a Maduro para que «negocie una transición hacia la democracia». En su mensaje, Machado le hizo un guiño al Ejército, una institución clave en el país: «Fueron testigos de lo que pasó el 28 de julio y saben que el pueblo decidió cambiar».
Enarboló la bandera de la oposición. «Nunca hemos sido tan fuertes como hoy. Nunca el régimen ha estado tan débil como hoy. Es un momento de confiar en nuestras fuerzas. No tenemos miedo. Sal a la calle llevando en una mano tu bandera y en la otra a tu hijo, a tu hermano o a tu madre», animó Machado.
Antes de las concentraciones y a través de las redes sociales, el candidato Edmundo González, que tampoco esta vez estuvo presente, agradeció las muestras de apoyo de los venezolanos en el extranjero –son 7,7 millones–. «Ayúdennos siendo la voz de millones a quienes pretenden silenciar hoy en nuestro país con persecuciones, encarcelamiento, asesinatos y censura», animó.
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«Tenemos los votos, las actas, el apoyo de la comunidad internacional –agregó– y tenemos a los venezolanos decididos a luchar por nuestro país, pero sobre todo tenemos un plan para recuperar a Venezuela de este tiempo de crisis». En las calles de Caracas, militares y policías, vigilaban la concentración. Unos diez mil motoristas, según 'El Universal', se sumaron a la manifestación paralela convocada por el chavismo. Horas antes, el director de la Fuerza de Acciones Especiales (Faes) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Miguel González, había publicado en Instagram un mensaje en el que dejó una advertencia:«Seré breve, el sábado hay transporte gratis para Tocorón (una cárcel ) sólo de ida».
Este tipo de amenazas no frenaron a la oposición. «Vamos a tomar las calles de Venezuela y del mundo. Gritemos juntos para que el planeta apoye nuestra victoria y reconozca la verdad y la soberanía popular». Así había convocado Machado a los ciudadanos a manifestarse contra el régimen de Maduro. «Que el mundo vea que, actas en mano, no nos dejamos robar», insistió.
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A la protesta en Caracas y otros muchos puntos del país, se unieron las concentraciones en más de 350 ciudades de todo el mundo en apoyo de los opositores al régimen. «Venezuela te quiere libre», se leía en una pancarta en Sidney. La presión internacional crece mientas Maduro sigue atornillado al poder y desoye los llamamientos de líderes amigos como Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia) para que presente las actas electorales. Estados Unidos, la Unión Europea y una veintena más de países le exigen además que ponga fin a una represión que ha causado 25 muertos y 2.000 detenidos.
En la noche de los comicios del 28 de julio, Maduro se autoproclamó presidente con el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE) para un tercer mandato de seis años, hasta 2031. Aseguró, sin presentar las actas oficiales, que había obtenido el 52 por ciento de los votos. La oposición replicó de inmediato que todo era un fraude y que la victoria correspondía a González Urrutia.
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Desde entonces, Venezuela vive en un tenso ralentí. Desde el primer momento comenzaron las manifestaciones en protesta por el supuesto pucherazo. El chavismo desplegó una fuerza represiva que no ha cesado. En las horas previas a las manifestaciones de ayer, fueron detenidos por individuos no identificados dos dirigentes de la oposición. Piero Maroun estaba cenando con su esposa en un restaurante cuando se lo llevaron en una furgoneta. Por su parte, Alfonso Andara fue asaltado por varios encapuchados mientras se dirigía a su casa. Su paradero es desconocido, según informa 'El Nacional'.
A la crisis económica y humanitaria se une la presión que ejerce el régimen sobre los disidentes. Según 'El Nacional', la policía se incauta en plena calle de teléfonos móviles en busca de vídeos y contenidos que puedan ir contra los intereses del Gobierno. Caracas y otras ciudades asisten a altercados y viven con miedo a salir de casa en una especie de toque de queda que nadie ha declarado.
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Ante la intención de Maduro de aferrarse al cargo, la oposición se ha echado desde el principio a las calles. González Urrutia está convencido de que el chavismo «está ganando tiempo para que el mundo se canse y pase página». Por eso, le pide a Maduro que «respete la voluntad del pueblo». «Usted está jugando –denunció– con la vida de millones de compatriotas. Cada día que pasa sin una solución política, la economía del país se deteriora más y más. Esta tragedia es su responsabilidad». Su mensaje y el de María Corina Machado tuvo eco ayer en todo el mundo.
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