La oposición denuncia que millones de venezolanos del exterior no podrán votar

A un día del cierre de la campaña electoral, Venezuela vive en un estado de máxima excitación entre una oposición unida por primera vez que cree en la victoria, pero con el miedo de que la lucha no sea justa. Al otro lado, en el poder, un Nicolás Maduro se muestra convencido de eternizarse en el Gobierno. Para muchos el domingo es un día trascendental, una jornada de esperanza de abrir una transición hacia una democracia auténtica, un día para la libertad y el respeto a los derechos humanos. El día en el que hay que votar para que se termine el miedo a ser perseguido, silenciado y prisionero de las leyes del actual gobierno.

La oposición liderada por el candidato Edmundo González Urrutia y la valiente María Corina Machado está muy esperanzada en alcanzar el triunfo y en proclamar el fin de la dictadura chavista. Vive un sueño, con la ilusión de ganar unas elecciones que permitan el regreso de tantas familias que huyeron del régimen. Las dudas sobre la legalidad de los comicios no han desaparecido, pero el recibimiento multitudinario que ha tenido la oposición en todas las regiones ha llevado al pueblo venezolano a ilusionarse con abrazar por fin un triunfo sobre el régimen.

Nicolás Maduro, por su parte, no cree en las encuestas que lo dan perdedor por casi treinta puntos y está convencido de volver a gobernar el país durante los próximos seis años. «Victoria» es su grito de guerra, acompañado de «o gano o prepárense para un baño de sangre». Califica de derecha fascista a todos sus opositores y ha retirado la invitación que cursó a la UE para que una comisión hiciera un seguimiento de la jornada electoral.

Según el último censo la población venezolana asciende a unos 29 millones, y, sobre el papel, solo unos 21,4 pueden ejercer su voto. Y en el extranjero solo unos 69.000 han sido registrados para acudir a las urnas. Pero resulta que hay países, como Brasil donde solo estarán abiertos los consulados de Brasilia y Sao Paulo. En Argentina, donde ayer grupos de venezolanos acudieron a la embajada en Buenos Aires para protestar por la falta de información con pancartas de «queremos votar», de los más de 200.000 residentes en el país solo están habilitados para el voto unos 2.600.

La campaña electoral que finaliza este jueves 25 ha transcurrido entre amenazas del chavismo y detenciones de personal de seguridad de María Corina Machado, que han sido denunciados por la candidata inhabilitada por el régimen de Maduro. Y especialmente por la unión que ha mostrado el frente que busca acabar con el chavismo. Casi todos los candidatos que acudieron a la elección primaria de la persona que lideraría la oposición a Maduro han acompañado la gira que tanto Edmundo González y María Corina han efectuado por todo el país.

«Ya no somos los mismos, hemos aprendido y crecido mucho a punta de pérdidas y también de grandes logros», declaró ante millares de seguidores en uno de sus últimos mítines en el Estado de Monagas. «Nos alistamos para darlo todo. Sabemos que el 28 de julio puede ser la última oportunidad de reencontrar a nuestras familias y estaremos en las calles votando y defendiendo nuestro voto para hacerlo posible», añadió.

Edmundo González, el candidato de 75 años el próximo 29 de agosto, reveló en una reciente entrevista al Canal Televen, que tuvo que ser grabada y revisada por el régimen antes de ser emitida, que «nosotros confiamos en nuestra victoria, y que puede ser abrumadora. Eso abre una nueva realidad política y habrá que iniciar conversaciones». Habló de una Venezuela que ha vivido en una «diatriba que tiene enfrentados a dos países en uno solo. Tenemos a ocho millones de venezolanos en el exterior, y no somos un país en guerra. El gobierno tendrá que transigir y reconocer nuestra victoria. Eso abrirá una etapa, un gobierno para todos». González tuvo palabras de agradecimiento para el presidente de Brasil, Lula da Silva, que ante la declaración de «guerra civil» lanzada por Maduro dijo que se había asustado: «Necesita aprender que cuando se gana, te queda, y cuando se pierde, te vas», declaró Lula.

A pesar del optimismo y la firme confianza que demuestra la candidatura de González existe la sensación que una nueva victoria de Maduro provocará otro éxodo de venezolanos al exterior, nada dispuestos a convivir seis años más en un país con una grave crisis económica, política y social, donde hay más de 300 presos políticos.