«Tuve miedo porque los militares aprietan el gatillo»

«Por supuesto que tuve miedo. Todos somos humanos y nos sorprendió lo que pasó. Estaban armados y no era un juego para ellos», confesó. También dijo que la visión de los militares y los tanques le recordó los últimos pasaje de la crisis de 2019. Reconoció que tuvo que tranquilizarse porque «alguien tenía que mantener la calma y dar instrucciones». «Tomamos las determinaciones, y la respuesta del pueblo boliviano fue inmediata», indicó.

Luis Arce, un economista de 60 años, accedió al Gobierno de Bolivia en 2020 sustituyendo a la expresidenta interina Jeanine Áñez, quien ahora se encuentra encarcelada acusada por la crisis de 2019. Ese año, el entonces presidente Evo Morales (2006-2019) denunció un intento de «golpe de Estado» en su contra y renunció a su cargo.

Arce insistió en que las de declaraciones de Zúñiga «daban una idea muy clara de que lo que quería era entrar a la Casa Grande del Pueblo y ser presidente». «En los primeros minutos del intento de golpe nos dimos a la tarea de informar a la población y al mundo entero», recalcó el presidente boliviano.

El general que protagonizó la asonada, quien fue nombrado comandante general del Ejército por el mismo Arce, había sido destituido de su cargo el martes por haber amenazado, en una entrevista televisiva que dio sin autorización, con capturar a Evo Morales si éste se lanzaba como candidato a la presidencia. El miércoles por la tarde, Zúñiga y un grupo de soldados derribaron con un tanque la sede del Gobierno de Luis Arce. El destituido jefe militar dijo que quería ser el presidente tras tumbar al Gobierno para que los militares recuperaran la democracia. «Era una clara afrenta, una declaración de un oficial que quería estar al frente del país», dijo Arce.

El mandatario tiene claro que el hoy destituido y encarcelado comandante militar actuó influenciado por alguien que «le habló al oído» y le animó a tomar el poder por la fuerza, pero sus planes «no se concretaron como esperaba». Arce aseguró que se mantiene con ánimo y que su trabajo es «garantizar la seguridad de los bolivianos».

Mientras, Zúñiga y otros dos militares fueron trasladados ayer a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro para cumplir prisión preventiva por el intento de golpe de Estado en Bolivia contra el Gobierno. La Policía ejecutó un fuerte operativo con la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) en el centro de La Paz. Antes de Zúñiga salieron los otros dos militares arrestados, Juan Arnez y Edison Irahola, que también fueron enviados a la cárcel.