El presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, junto a la primera dama, Rosángela da Silva, realiza un recorrido en coche , previo a su investidura, en Brasilia. Sebastiao Moreira/EFE

Lula toma las riendas de un Brasil «devastado»

El presidente izquierdista afronta su tercer mandato con la promesa de «rescatar» del hambre a 33 millones de compatriotas

anje ribera

Domingo, 1 de enero 2023

Luiz Inácio Lula da Silva se colocó a primera hora de la tarde de ayer –cinco horas más en España– la banda que le certificaba como el trigesimonoveno presidente de la República de Brasil y que le permite emprender su tercer mandato tras imponerse en ... las elecciones de octubre al ultraderechista Jair Bolsonaro. Fue la culminación de una ceremonia de investidura en la que participaron 300.000 ciudadanos y una veintena de jefes de Estado de todo el mundo, entre ellos el Rey de España, Felipe VI.

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Lula toma las riendas de un país dividido y convulso que está obligado a reconstruir. Lo prometió en sus primeras palabras en el cargo, como también garantizó «rescatar» del hambre a 33 millones de personas y de la pobreza a otros 100 millones, casi la mitad de la población del país. Son, indicó, «víctimas del proyecto de destrucción nacional que hoy se cierra», dijo en referencia a su antecesor, Jair Bolsonaro. «Vaciaron los recursos de la sanidad. Desmantelaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación o seguridad pública», enumeró.

El veterano líder sindicalista basó su discurso en un mensaje de «esperanza y reconstrucción» para superar la «devastación». Lamentó que «el gran edificio de derechos, soberanía y desarrollo que construyó esta nación» había sido «sistemáticamente demolido en los últimos años». «Es a la reconstrucción a lo que vamos a dirigir todos nuestros esfuerzos», manifestó tras firmar con un bolígrafo que recibió en 1989 de un asistente a un mitin en el estado de Piauí, con el que ha querido recordar a los residentes de esta población.

El nuevo presidente agradeció su victoria a la «conciencia política de la sociedad brasileña» y al «frente democrático» formado contra las «violentas amenazas a la libertad de voto» durante los comicios. «La democracia ha sido la gran vencedora», señaló. Lula recordó asimismo su mensaje cuando llegó por vez primera al poder en 2003, cuya validez se ha visto obligado a mantener tras el mandato de Bolsonaro. «Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que ha impuesto al país en los últimos años», lamentó.

Genocidio

De hecho, Lula señaló que su Gobierno investigará la reacción «negacionista e insensible a la vida» exhibida por Bolsonaro y sus ministros durante la crisis de la pandemia de coronavirus. «Las responsabilidades de este genocidio deben ser investigadas y no pueden quedar impunes. Lo que nos toca, en este momento, es solidarizarnos con los familiares de casi 700.000 víctimas», hizo saber en su declaración de principios.

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Asimismo, Lula dedicó gran parte de su discurso a las minorías y a la población vulnerable, así como a la conservación del medio ambiente. «Nuestro objetivo es lograr cero deforestación en la Amazonía y cero emisiones de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica, además de incentivar la reutilización de pastos degradados. Brasil no necesita deforestar para mantener y expandir su frontera agrícola estratégica», aseguró.

«Es inadmisible que las mujeres», añadió, «reciban menos que los hombres aunque desempeñen la misma función». El presidente censuró que la población femenina «no sea reconocida en un mundo político sexista, que sean acosadas con impunidad en las calles y en el trabajo o que sean víctimas de violencia dentro y fuera del hogar». A ellas les aseguró que dedicará su tercer mandato a demoler «este castillo centenario de desigualdad y prejuicio».

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El mandatario también reafirmó que trabajará para garantizar la libertad de culto en todo el país. «En Brasil, la fe estará presente en todas las viviendas, en los diferentes templos, iglesias y cultos. En este país todos podrán ejercer libremente su religiosidad», manifestó.

Junto a Lula también juro su cargo Gerardo Alckmin, como vicepresidente del país, en una sesión que comenzó con un homenaje al astro del fútbol Pelé, fallecido la pasada semana a los 82 años.

Una vez concluida la firma de investidura en el Congreso, Lula compareció ante la multitud de simpatizantes que le aguardaron frente al Palacio del Planalto, donde recibió la banda presidencial, juramentó a los 37 ministros y se dirigió a la población.

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Lula ya gobernó Brasil dos mandatos entre 2003 y 2010, años durante los cuales elevó la presencia internacional del gigante sudamericano, simbolizada en unos inéditos Juegos Olímpicos, y adoptó medidas para tratar de combatir la pobreza y reducir la desigualdad.

El Rey Felipe destaca los «intereses comunes» entre España y Brasil

El Rey de España, Felipe VI, que encabezó la delegación española en la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que espera que Brasil tenga un papel internacional «muy activo». En un encuentro con una representación de la colectividad española en la embajada en Brasilia, el monarca estuvo acompañado en la capital por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien había llegado la noche del viernes.El Rey valoró la relación entre Brasil y España tanto por «la trayectoria histórica», como por los «intereses comunes» y «compartidos» de ambas naciones, y afirmó que el país sudamericano vive un «momento de cambio». Yolanda Díaz, por su parte, calificó de «día histórico» la toma de posesión porque se abre así paso a la «esperanza».

Bolsonaro elude el traspaso de poderes con un viaje a Florida

Jair Bolsonaro partió hacia Florida el viernes por la noche –madrugada del sábado en España–, evitando tener que entregar la banda a su rival, cuya victoria aún no reconoce, y al mismo tiempo se eliminó de cualquier riesgo legal inmediato relacionado con su tiempo en el cargo. Sus partidarios han protestado durante dos meses porque, en su opinión, las elecciones fueron robadas y llamaron a un golpe militar para evitar que Lula regrese al poder en un clima de vandalismo y violencia. Ante la ausencia de Bolsonaro, Lula da Silva recibió la banda presidencial de manos de una representación diversa del pueblo.

Bolsonaro abandonó el Palacio de la Alvorada a bordo del avión presidencial. El aparato, que realizó una breve escala en el Aeropuerto Internacional Boa Vista, en Roraima, despegó hacía Orlando. El líder derechista viajó acompañado de numerosos asesores. El presidente saliente había reducido notablemente sus apariciones en medios de comunicación y redes sociales a lo largo de las últimas semanas .

Mientras, la Policía detuvo ayer a un hombre que llevaba fuegos artificiales y un cuchillo e intentó acceder a la Explanada de los Ministros, donde se celebraba la investidura. Además, en Nochevieja, un simpatizante de Bolsonaro fue arrestado por fabricar una bomba que fue descubierta en un camión cargado de combustible de aviación en la entrada del aeropuerto de Brasilia, y confesó que buscaba sembrar el caos para provocar una intervención militar.

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