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Mientras centenares de simpatizantes del expresidente de Perú Alberto Fujimori se agolpan este martes fuera de la cárcel a la espera de su anunciada liberación, los familiares de la veintena de personas masacradas en Barrios Altos y La Cantuta se concentran en la explanada del ... Palacio de Justicia en Lima para protestar contra el polémico exmandatario, que abandonaba la prisión cerca de las 01.30 horas en España.
Después de que el Constitucional del país andino ordenara el martes la excarcelación «inmediata» de Fujimori, condenado por delitos de lesa humanidad, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (la Corte IDH) ha solicitado este miércoles abstenerse de cumplir el fallo con el fin de «garantizar la justicia para las víctimas». Una petición secundada por Naciones Unidas y la ONG Human Rights Watch, que no ha atendido el Gobierno de Dina Boluarte.
Fujimori, de 85 años, que cumplía una pena de un cuarto de siglo de prisión por abusos contra los derechos humanos durante su Ejecutivo de una década (1990-2000), ha sido liberado este miércoles por la noche por motivos humanitarios a pesar de las críticas. El antiguo mandatario cumplió una condena de alrededor de 16 años después de ser extraditado de Chile en 2007.
El expresidente, cuyos médicos dicen que tiene graves problemas de salud, fue filmado este miércoles saliendo de la prisión con un tubo para respirar y una máscara. Sus hijos lo abrazaron antes de que subiera a un automóvil que lo llevó a la casa de su hija mayor y heredera política Keiko. «Hoy por fin tenemos a nuestro padre en casa», ha dicho Keiko a través de un megáfono en la puerta de su casa, donde ahora se espera que resida su padre. «No hay odio ni rencor en mi corazón, sino gratitud», ha destacado.
Después de haber permanecido recluido en el centro de Barbadillo, en Lima, desde 2009 y tras varios intentos fallidos para liberarlo, Fujimori ha conseguido que el indulto que había sido anulado por la Corte IDH hace más de cinco años vuelva a ser efectivo. Su excarcelación divide una vez más al país. Están los que defienden su lucha contra la guerrilla y los que le acusan de haber dirigido la matanza de inocentes.
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El exdirigente implementó una política de seguridad para acabar con 'Sendero Luminoso', catalogada como una organización subversiva y terrorista. Sin embargo, los paramilitares financiados por el Ejecutivo cometieron varios delitos, entre ellos la matanza de 25 civiles. En 1991, quince personas, entre ellos se encontraba un niño de 8 años, que participaban en una reunión de vecinos en Barrios Altos fueron tiroteados por los «escuadrones de la muerte» del Estado. El Grupo Colina, una formación militar integrada por las fuerzas armadas, operaba contra cualquiera sobre el que hubiera una sospecha de colaboración con la guerrilla. Casi un año después nueve estudiantes y un profesor universitario fueron asesinados en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. En ambos casos, la Justicia reveló que ninguna de las víctimas tenía nexos con Sendero Luminoso.
Además de crímenes de lesa humanidad, su Gobierno también estuvo marcado por el autoritarismo y la corrupción. La llegada del líder peruano de origen japonés, que está encauzado por homicidio doloso, cohecho, secuestro y desfalco, marcó un antes y un después en el país.
Este ingeniero agrónomo dirigió su facultad tras haberse licenciado en la Universidad Nacional Agraria hasta finales de los años ochenta. Justo en esa época, la nación estaba sumida en su mayor crisis económica con la inflación más elevada a nivel mundial. El también físico se lanzó entonces a la Presidencia -por el partido Cambio 90- con un discurso conservador moderno, que más tarde se llamó 'Fujimorismo', como un candidato «diferente a los políticos tradicionales».
En 1990, se impuso con un 62.32% de los votos -principalmente de las poblaciones más empobrecidas del país- ante su rival, el escritor peruanoespañol Mario Vargas Llosa. Fujimori había criticado durante su campaña a Vargas por sus políticas neoliberales, tildandolas de agresivas. Cuando estuvo al frente del Estado, abandonó sus promesas y desató la apertura económica, vigente hasta ahora.
Tras los constantes bloqueos del Parlamento a sus medidas, Fujimori disolvió el Congreso en un autogolpe de Estado. Las voces que lo tildaron de dictador empezaron a resonar. El Ejecutivo tomó control del poder Legislativo y formó el equipo encargado de la redacción de la Constitución Política de 1993. El 'fujimorazo' elevó su poder y fue reelegido en 1995.
Su segundo mandato estuvo marcado por un plan de salud pública con el que se estima que unas 350.000 mujeres y 25.000 hombres fueron víctimas de la esterilización forzosa, motivada por la reducción de la pobreza. La polémica medida afectó a poblaciones indígenas y pobres de áreas especialmente rurales.
Un lustro después volvió a ganar los comicios en medio de señalamientos de fraude electoral. La privatizatización de las empresas clave del sector público peruano para atraer inversión extranjera golpearon la crisis económica, pero habían enriquecido al presidente, acusado de corrupción, y su entorno durante una década.
Vídeos de Fujimori y algunos de miembros de su círculo íntimo sobornando a políticos y empresarios motivaron que el mandatario volará a Japón, desde donde envió un fax con su dimisión al cargo de jefe de Estado. Permaneció en el país natal de su padres, que le concedió la nacionalidad, durante cinco años. Puso fin a su éxodo cuando viajó a Chile con la intención de presentarse a las elecciones presidenciales de 2006. Fue encarcelado y extraditado a Perú, donde 23 años después vuelve a desatar un caos y reabrir viejas heridas.
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