El Gobierno haitiano dice haber frustrado un golpe de Estado y un magnicidio

Pero desde el Poder Ejecutivo hicieron sordos e insistieron en hablar de un supuesto plan para desestabilizar el país que, según miembros del Gobierno, habría desembocado en las últimas horas en un «intento de golpe de Estado», afirmó el ministro de Justicia Rockefeller Vincent. Otras fuentes oficiales señalaron incluso que 23 personas fueron detenidas, entre ellas, un magistrado y una oficial de la policía nacional.

«Agradezco al responsable de mi seguridad del palacio su trabajo para protegerme. El sueño de esa gente era atentar contra mi vida. Gracias a Dios no ocurrió eso. El plan fue abortado», dijo el presidente Moise poco después, pero sin aportar detalles.

El mandatario haitiano gobierna sin el control del Poder Legislativo desde el año pasado. De hecho, sostiene se mantendrá en el cargo hasta el 7 de febrero de 2022, en una interpretación bastante polémica de la Constitución que es rechazada por la oposición y que, además, ha desatado protestas por considerar que su mandato terminaba este domingo. «Mi Administración recibió del pueblo haitiano un mandato constitucional de 60 meses. Hemos agotado 48 de ellos. Los próximos 12 estarán dedicados a la reforma del sector energético, la realización del referéndum y la organización de las elecciones», escribió Moise en Twitter.

Estados Unidos, en todo caso, ha aceptado por ahora su postura para evitar más incidentes violentos. No obstante, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Prince, dijo que Washington ha pedido «elecciones legislativas libres y justas para que el Congreso pueda retomar el poder que le corresponde».

La disputa sobre el fin del mandato es consecuencia de la primera elección de Moise. En octubre de 2015 resultó elegido para un mandato de cinco años, pero el escrutinio de aquellos comicios fue anulado por fraude y luego volvió a ser elegido un año después al repetirse la llamada a las urnas. Sin embargo, las manifestaciones exigiendo su dimisión se han ido sucediendo, cobrando especial intensidad en el verano de 2018. En los últimos años, la sociedad civil de Haiti ha hecho campaña contra la corrupción y la inseguridad, mientras proliferaban las pandillas y bandas violentas en todo el país.

Ese año debían realizarse elecciones legislativas y municipales, pero fueron aplazadas y generaron un vacío de poder en el país. En esta tesitura, Moise dice estar habilitado para seguir en el cargo por otro año. Sin embargo, las voces más críticas de la oposición vuelven a ver viejos fantasmas y recuerdan otro 7 de febrero, en este caso de 1986 cuando llegaron a su fin las tres décadas de la dictadura de los Duvalier en este país caribeño.

En un carta difundida el viernes diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos y civiles criticaron a la misión de Naciones Unidas en Haití por brindar apoyo técnico y logístico a los planes de Moise de celebrar un referéndum de reforma constitucional en abril -en la que se teme quiera reforzar su poder-, que en teoría daría paso luego a elecciones presidenciales y legislativas. «Bajo ninguna circunstancia Naciones Unidas debe apoyar los planes antidemocráticos del presidente», señaló el mensaje.