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El día más ansiado ha llegado para una esperanzada Guatemala que sueña con vivir una nueva primavera con el Gobierno de Bernardo Arévalo, que este domingo toma posesión de la Presidencia del país tras ganar con un 60% de los votos la segunda vuelta de ... las elecciones celebradas el pasado 20 de agosto, y después de superar todos las amenazas, impugnaciones y pegas judiciales que todos los partidos opositores, entre ellos el del presidente saliente, han utilizado para intentar abortar su triunfo en las urnas. Arévalo, de 65 años, también ha necesitado de la advertencia de Estados Unidos de suspender la cooperación con Guatemala para garantizar su investidura.
«La esperanza es sabia, y sabe que ni la más oscura noche ha vencido al amanecer. Nos vemos el 14», escribió el presidente electo hace unos días. Llegó tarde a la política, algo que pocos podían imaginar teniendo en cuenta que es hijo del considerado primer presidente votado en unas elecciones transparentes en Guatemala, Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), después de una dura dictadura que cayó en 1944 como consecuencia de la revolución de octubre de ese año. Pero desde que Arévalo hijo aceptó ser el candidato del Movimiento Semilla ha asumido el papel de convertirse en el hombre que conducirá al país a un mejor futuro. Su gran aspiración es «reconstruir una Guatemala en la que caben todos, menos los corruptos, violentos y autoritarios».
Una mayoría de guatemaltecos tiene plena confianza en él y sus mensajes de esperanza en las redes sociales han encontrado respuestas en muchos ciudadanos que desean regresar a su país. «Ustedes tienen la oportunidad maravillosa de cambiar el rumbo de nuestra queridísima Guatemala, háganlo posible», ha dicho en ellos.
Bernardo Arévalo ha sido elegido por un país que tiene más de 18 millones de habitantes y es el noveno con la mejor economía de Latinoamérica. Apenas contaba en las encuestas cuando presentó su candidatura por el Movimiento Semilla junto a Karin Herrera, una química bióloga de 56 años que lo ha acompañado en todo el proceso electoral como vicepresidenta, cargo que solo ha sido ocupado por una mujer en Guatemala, Ingrid Roxana Baldetti (2012-2015). Sin embargo, Arévalo fue votado en la primera vuelta de las elecciones de junio pasado para disputar la Presidencia en la segunda vuelta a la candidatura de Sandra Torres y Álvaro Colom, de UNE (Unidad Nacional de la Esperanza).
El camino a la Presidencia, no obstante, ha estado lleno de espinas por los opositores, pero de apoyos de los países vecinos, de Estados Unidos y también de la comunidad europea. No obstante, para llegar al día de la posesión del cargo, Arévalo y Herrera han tenido que obtener un amparo provisional de la Corte Constitucional del país para asegurar la transmisión de mando de parte del presidente saliente, Alejandro Gianmmattei.
La Corte Constitucional también tuvo que conceder el pasado jueves un amparo a la vicepresidenta electa, Karin Herrera, ante la noticia de que la fiscal Consuelo Torres emitiera una orden de captura en su contra para evitar que hoy tomara posesión del cargo. Herrera recibió muestras de apoyo de muchos guatemaltecos en las que especialmente le recomendaban que tomara medidas de seguridad extremas «porque las mafias van con todo». Otros aconsejaban que se refugiara en una embajada hasta que llegara la toma de posesión. Y algunos se mostraban dispuestos a todo: «No se preocupe mi vice, aquí nos unimos, si nos vamos a morir que no sea de brazos cruzados».
Por otro lado, Arévalo y Herrera han logrado que la Unión Europea establezca una prohibición de viajes y congelación de activos a las personas y entidades que perjudiquen la democracia, el estado de derecho y una transferencia de poder pacífica en Guatemala.
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