La mala suerte viajaba el pasado lunes en el autobús que cubría la ruta entre las poblaciones de Jinotega y San Sebastián de Yalí, al norte de Nicaragua. El autocar sufrió primero un accidente y, después, en su caída por un barranco, se llevó por ... delante unas colmenas con abejas africanas. Los pasajeros salieron con vida del terrible siniestro pero no todos lograron sobrevivir a las picaduras del enjambre que, por ahora, ha matado a media docena de los viajeros y no se descarta que la cifra aumente ya que hay varios hospitalizados.
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El suceso se produjo en una comunidad conocida como Los Aguacatales. El autobús circulaba por esta zona cuando su conductor perdió el control del vehículo, según las primeras investigaciones por fallos mecánicos, y se salió de la carretera. No pudo evitar precipitarse por un cafetal de unos 50 metros de profundidad. En su caída arrasó unas colmenas de madera utilizadas para la producción de miel que albergaban a abejas africanas, una especie que se conoce también como asesina por su violencia. El lunes demostraron la razón de ese sobrenombre.
Las abejas rodearon al autocar y atacaron a sus 45 pasajeros y al conductor, que fueron repartidos por diferentes hospitales de San Sebastián de Yalí y de Jinotega. La presencia del enjambre alrededor del autobús complicó su rescate aunque por la vida de varios de los viajeros no se pudo hacer ya nada. Las picaduras mataron a cuatro de ellos en un primer momento y otras dos -una niña de 4 años y una mujer de 84- fallecieron al día siguiente en el centro sanitario donde habían sido ingresadas en estado delicado. Allí sigue una decena de personas, entre ellas una embarazada.
La Policía Nacional nicaragüense investiga lo ocurrido en el accidente de tráfico aunque no es la primera vez que en el país se enfrentan a la violencia de las abejas africanas. Hace sólo tres semanas en Granada, una localidad ubicada a unos 45 kilómetros de la capital, once personas fueron atacadas por este animal por sorpresa y varias tuvieron que ser hospitalizadas. En México provocaron la muerte en 2003 a una persona, en 2001 a otras cuatro y un año antes causaron terror en un colegio de este país, donde picaron a un centenar de alumnos.
La presencia de la abeja africana ya se detectó a principios de los años noventa en el valle del Río Grande, en el estado norteamericano de Texas, procedente de Brasil. Los expertos la describen como muy parecida a la especie común -lo que dificulta su identificación- y, de hecho, su aguijón no es más grande, pero advierten de que muestran una agresividad mayor y acostumbran a atacar en grupos numerosos.
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