Ecuador amplía los apagones de ocho a catorce horas diarias

«Enfrentamos una crisis sin precedentes que nos obliga a adaptarnos a escenarios cambiantes», ha apuntado Manzano. El presidente Noboa ha remarcado que las condiciones climáticas son ahora mismo «sumamente atípicas e impredecibles».

Casi un 80% de la producción de electricidad del país proviene de las centrales hidroeléctricas, que son las principales fuentes de suministro. En abril, el sector eléctrico fue declarado en emergencia, debido a los bajos niveles del caudal de los ríos, poniendo en riesgo el funcionamiento de las plantas. Y más recientemente, en junio, también se habían producido cortes puntuales debido a los corrimientos de tierra causados por las fuertes precipitaciones.

La seguridad energética de Ecuador depende principalmente de las reservas del embalse de Mazar, el segundo más grande del país, con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos, que alimentan un complejo de tres centrales hidroeléctricas en el río Paute, en el sur. Suman una potencia de más de 1.700 megavatios.

La ministra Manzano ha informado que con las catorce horas diarias de apagón, en diferentes franjas, se pretende dar un descanso de tres días a Mazar, y ha avanzado que negociará con Colombia en busca de apoyo eléctrico. El Ministerio de Energía de Ecuador envió una propuesta al Gobierno de Gustavo Petro para que permita la compra de electricidad a empresas privadas, con el objetivo de cubrir parte del déficit energético.

Pero Bogotá también sufre problemas para conseguir suministro eléctrico por razones calcadas a las de Ecuador: la falta de lluvias y su dependencia de la energía hidráulica, que roza el 70% de la producción en el país.

Y es que Latinoamérica afronta una crisis energética sin precedentes, marcada por apagones prolongados, sequías históricas y redes eléctricas al borde del colapso. Desde los cortes de hasta catorce horas diarias en Ecuador, agudizados por la falta de suministro desde Colombia, hasta los apagones de veinte horas en Cuba, que ponen en evidencia la obsolescencia de su infraestructura. Así, la región sufre la debilidad de su sistema energético.