Detrás del brutal incremento de los homicidios en Ecuador se encuentran ellas. También están detrás de las extorsiones, el contrabando y los secuestros que han hecho que este Estado pase en apenas un lustro de ser uno de los más seguros de su entorno a ... verse arrastrado por una ola de violencia sin precedentes. Y detrás de los motines que en sólo dos años se han cobrado más de 400 vidas en las celdas, los pasillos o los patios de las cárceles. Las bandas criminales se han convertido en un enorme problema para la nación andina hasta el punto de condicionar las elecciones celebradas en agosto de 2023 tras el magnicidio de uno de sus candidatos, Fernando Villavicencio. La Policía Nacional ecuatoriana investiga a una veintena de estos grupos, alimentados por el creciente negocio de la droga que amenaza con hacer del país un narcoestado. Estas son las cinco pandillas más poderosas.
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El traslado de su actual líder, José Adolfo Macías, conocido como 'Fito', en plena campaña electoral a una prisión de máxima seguridad escoltado por cerca de 2.000 militares y otros tantos policías da idea del poder de Los Choneros. Menos de medio año después, el 7 de enero, las autoridades se dieron cuenta de que se había fugado de la cárcel, un hecho que obligó a declarar el estado de excepción en el país para prevenir, sin conseguirlo, el estallido de un brote de violencia que ha causado decenas de detenidos y varios muertos. El poder de la banda, y de su cabecilla dentro y fuera de la celda, es enorme. Llegó a sumar entre 12.000 y 20.000 miembros en su mejor momento y, aunque le salieron unas cuantas competidoras, ninguna ha logrado arrebatarle el título de organización criminal más importante del país. A ello ayudan sus contactos, como las disidencias de las FARC o el cártel mexicano de Sinaloa.
Sus primeras acciones conocidas se remontan a finales de los noventa, con la ciudad de Manta, en la costa del Pacífico, como sede. La última que ha trascendido tuvo lugar hace unas pocas semanas cuando amenazaron a Villavicencio desde prisión. Allí se encuentran decenas de sus integrantes, que se han transformado en una pandilla carcelaria y no se preocupan por disimular su capacidad para poner el sistema patas arriba: en 2021 promovieron un ataque coordinado desde tres centros penitenciarios que se saldó con 75 presos muertos. El microtráfico de droga, el sicariado, la extorsión y el contrabando son las actividades en las que se mueven.
El germen de la violencia que golpea Ecuador se encuentra a menudo en sus cárceles. Hay bandas que aterran hoy al país y que nacieron a la sombra de los patios penitenciarios, como Los Lagartos. Este grupo que mantiene una sangrienta rivalidad con Los Choneros por el control del contrabando y el microtráfico entre rejas se formó en las prisiones de Guayaquil –en la actualidad se calcula que tienen presencia en unos 35 centros de todo el Estado– como una amalgama de pandillas (Los Cubanos, Los Gorras...) con enemigos comunes. Giovanny Mantilla, que pasó antes por las filas de los Latin Kings, les llevó a la cumbre con su liderazgo, pero su muerte en 2020 por covid provocó divisiones en su seno ante la falta de un jefe claro.
En Los Lagartos ya no iban todos a una, y eso que el hermano del antiguo cabecilla, Carlos, alias 'Choclo', le tomó el relevo para evitar fugas o una rebelión interna. Su carisma, sin embargo, no era el mismo aunque en los últimos años habrían dejado su sello en acciones con gran impacto mediático como el asesinato del actor y presentador de televisión Efraín Ruales en 2021. Las autoridades creen que la banda está en plena reorganización para seguir adelante con su negocio, dedicado a recaudar dinero en efectivo y productos de todo tipo para su venta o invertir en cargamentos internacionales a cambio de sus servicios de sicarios y seguridad a traficantes.
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La droga es la principal fuente de ingresos de muchas de las pandillas criminales que operan en Ecuador. Los Lobos no son una excepción, que trabajan para narcogrupos colombianos y mexicanos que mueven su mercancía por este país. Sus 8.000 militantes –unos 1.600 reclusos entre ellos– se la juegan por proteger cargamentos de cocaína en ciudades portuarias, cobrar deudas, secuestrar y matar por encargo...
Pero la banda, que campa a sus anchas en la provincia amazónica de Pastaza y fichó a numerosos exchoneros, ha encontrado otra lucrativa vía en el control de la minería ilegal. Los investigadores sospechan que Los Lobos cobran un impuesto del 10% a todo el material extraído en las regiones ecuatorianas donde se obtiene oro de manera ilícita. Entre las peligrosas amistades con las que hacen dinero están el cártel mexicano Jalisco Nueva Generación, al que proveen de armas y seguridad, y la delincuencia albanesa. No se sabe bien quién se encuentra al mando de la organización desde que su jefe, Wilmer Chavarría, 'Pipo', fue asesinado durante un motín en la cárcel hace un par de años.
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En la localidad costera de Esmeraldas hasta las paredes hablan del poder de Los Tiguerones. Sus fachadas, sus muros, están salpicados de grafitis de la organización que nació en sus calles a finales de la pasada década como una ramificación de los omnipresentes choneros. Su cabecilla, Álex Salazar, pronto acabó en una celda tras una denuncia que le acusaba de transportar piezas robadas de vehículos –ni rastro de sus turbios negocios cubiertos de coca– pero en 2021 recuperó la libertad por buena conducta.
Como líder ha tejido una fuerte alianza con el cártel Jalisco Nueva Generación para recibir droga procedente de Colombia, almacenarla y entregarla en puertos o aeródromos donde darle salida hacia Centroamérica o Estados Unidos. En los Balcanes también ha encontrado socios para sus actividades delictivas. Y hasta en el fútbol, donde la banda habría captado a una de las estrellas del club Barcelona de Ecuador.
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La Policía Nacional ecuatoriana detectó el rastro de este grupo hace poco más de una década como una pandilla de disidentes de Los Ñetas –la banda de origen portorriqueño históricamente enfrentada a los Latin Kings– con el narcotráfico, los robos y los asaltos como sus especialidades aunque en su historial aparecen desde secuestros a decapitaciones. Sus miembros han aprendido de los todopoderosos Choneros, que los reclutaron como su brazo armado, y de otras redes criminales que actúan en el país y que se han valido de su gran influencia en la provincia de Guayas y su peligrosa capital, Guayaquil.
En los últimos meses se han sucedido las detenciones de integrantes de Los Chone Killers por asesinatos o atentados terroristas con explosivos, entre otras causas. Los golpes policiales, creen los investigadores, habrían empujado a la banda que estuvo capitaneada por los hermanos Camacho ('El Trompudo' y 'Ben 10') a un proceso de reorganización para volver a hacerse fuertes sobre un terreno cada vez más desgastado por la violencia.
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