Chile despide a Sebastián Piñera como un defensor de la democracia

El fallecimiento de Piñera, de 74 años, se produjo el martes, cuando pilotaba su helicóptero en el sur del país y conmocionó al país, que vivía en paralelo el duelo por los devastadores incendios en Valparaíso que han causado 131 muertos.

Gabriel Boric, que encabezó la oposición al gobierno de Piñera durante su primer y segundo mandatos (2010-2014 y 2018-2022), desveló que el pasado lunes había hablado con el exmandatario para coordinar la ayuda por la catástrofe de los incendios.

«Reconozco y valoro que nunca jamás se negó a brindar ayuda y consejo, a pesar de las públicas diferencias que tuvimos en el pasado», dijo Boric en el antiguo Congreso en Santiago, ante todo su gabinete y dirigentes de todo el abanico político.

«Durante su gobierno, las querellas y recriminaciones fueron en ocasiones más allá de lo justo y razonable», admitió el actual presidente, de 37 años, quien al conocerse la muerte de Piñera decretó de inmediato tres días de luto nacional.

Los gestos desde el Ejecutivo fueron destacados por la viuda de Piñera, Cecilia Morel, y sus cuatro hijos, que agradecieron a Boric sus palabras. «Espero que este homenaje sirva para que resurja la unidad y la amistad cívica en este país», dijo Magdalena Piñera, en referencia a la división social y política que marcó el último gobierno de su padre, tras las protestas de octubre de 2019.

Después de la intervención del expresidente demócrata-cristiano Eduardo Frei (1994-2000), la socialista Michelle Bachellet (2006-2010 y 2014-2018) resaltó a Piñera como el político que «tanto en la dictadura como el estallido (social), eligió la salida institucional de dar la voz a la gente con el voto».

El féretro del exmandatario fue trasladado con honores militares hasta la catedral de Santiago, antes de recibir un homenaje en el palacio presidencial de La Moneda y la sepultura luego en el cementerio Parque del Recuerdo de la capital chilena.

En la catedral, una docena de los 33 mineros de Atacama rescatados a 700 metros de profundidad en 2010, tras 69 días atrapados, se pusieron de pie, con cascos blancos, y desplegaron una bandera chilena agradeciendo a Piñera haber liderado aquella operación de salvamento.

«Hoy hay 33 banderas y no 33 cruces. Hoy, en la Mina San José, esas 33 banderas ondearán junto a otra bandera más, que va a ser la de nuestro presidente, nuestro rescatista», dijo Luis Urzua, uno de los mineros.

León, el nieto mayor de Piñera, leyó un mensaje en el que compartió las aventuras a caballo o en los lagos, como en estos últimos días de vacaciones que interrumpió el accidente fatal: «Estoy orgulloso de tener a Sebastián como abuelo. Tu infinito legado recién inicia», aseguró.

Piñera murió el martes por «asfixia por sumersión» en Lago Ranco, donde se estrelló su helicóptero a unos 920 kilómetros al sur de Santiago, según la fiscalía. Del accidente salieron ilesos los tres pasajeros que lo acompañaban, entre ellas su hermana. El empresario era uno de los hombres más ricos de Chile, reconocido por haber llegado al poder en 2010 como el primer político de derecha elegido democráticamente después de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).