Lula afirma que Venezuela vive un «régimen muy desagradable con tendencia autoritaria»

«La oposición de Venezuela dice que ganó, Maduro dice que ganó y yo sólo puedo reconocer que el proceso fue democrático si presentan las pruebas«, ha objetado el presidente brasileño en una entrevista con la emisora Radio Gaúcha. «¿Dónde están esas actas?», se ha preguntado el dirigente izquierdista y amigo de Maduro hasta que se ha producido la crisis electoral, según él mismo ha reconocido.

«Creo que hay muchos países dispuestos a ayudar a que vivamos en paz en Sudamérica», ha advertido Lula, quien no cree que la crisis en Venezuela lleve a sus ciudadanos a una «guerra civil». El presidente de Brasil y su homólogo colombiano están tratando de liderar una negociación diplomática con Maduro para que se avenga a una «solución» a la crisis política desatada tras el presunto fraude electoral en las elecciones del 28 de julio.

Lula ha subrayado que Brasil no le reconocerá como presidente hasta «saber si son verdad» los datos del escrutinio de la Comisión Nacional Electoral, que ofrecen al líder chavista un 53% de los sufragios. Sin embargo, la oposición ha denunciado esta resolución como un pucherazo, ya que, según su recuento, el candidato al que patrocina, Edmundo González, obtuvo más de tres millones de votos de ventaja en las urnas. La Comisión Electoral y el Gobierno se han negado desde entonces a hacer públicas las actas con el recuento de papeletas. Lula ha admitido que a las autoridadez venezolanas, ni tampoco a la oposición, «les gustó la idea» de convocar nuevos comicios, pero ha dejado claro que la resolución de la crisis «depende única y exclusivamente del comportamiento de los venezolanos».

El régimen chavista y la oposición venezolana rechazan la celebración de unas nuevas elecciones en el país. En lo que resulta su único punto de coincidencia, tanto el Gobierno como la oposición han descartado la iniciativa que unas horas antes pusieron en marcha los presidentes de Brasil y Colombia, sin apenas recorrido. Aunque en principio parece que contaba con el respaldo de Estados Unidos, un portavoz precisó que la Casa Blanca únicamente exige de Caracas que sea «transparente» y publique las actas del escrutinio, que todavía el régimen oculta con celo pese a haber transcurrido más de dos semanas desde los comicios. También el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se desvinculó de la iniciativa nada más darse a conocer.

El oficialismo, a través del vicepresidente primero, Diosdado Cabello, ha descartado por completo la propuesta de los presidentes de Brasil y Colombia de que Venezuela celebre otro proceso electoral como fórmula de salida de la actual crisis política.

El propio Nicolás Maduro ha arremetido contra Estados Unidos por lo que interpreta como un deseo de manipular el escrutinio del pasado 28 de julio, aunque este jueves la propia Casa Blanca matizó que el presidente, Joe Biden, solo se limita a exigir «transparencia» a la Comisión Nacional Electoral y que publique las actas de las votaciones. «El presidente Biden actuó de manera intervencionista sobre los asuntos internos de Venezuela, que solo nos competen a los venezolanos, a las instituciones venezolanas», ha señalado el jefe de Estado, que ha instado al Gobierno de EE UU a «ocuparse de sus propios asuntos».

La negativa al proyecto de Lula Inazio da Silva y Gustavo Petro también ha procedido de la líder opositora venezolana, María Corina Machado. El movimiento reivindica el triunfo del candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González, después de que las actas recogidas por los delegados opositores arrojasen una ventaja superior a tres millones de votos sobre Nicolás Maduro.

Machado ha dejado claro que su candidato ganó los pasados comicios a pesar de «las reglas de la tiranía» del régimen chavista y consideró que repetir ahora las elecciones supondría una «falta de respeto» a la voluntad de los venezolanos y a la soberanía popular. «Nosotros confiamos en la organización ciudadana. Hubo gente que arriesgó su vida, su familia, su hogar. Otros fueron asesinados. Hoy en día están presos, escondidos», ha relatado en la red X.

«Se va a una segunda elección y, si no gustan los resultados, ¿qué vamos? ¿A una tercera? ¿Y a una cuarta? ¿Y una quinta hasta que le gusten los resultados a Maduro? ¿Aceptarían eso ustedes en sus países? Que si el resultado no es satisfactorio, ¿entonces se repite una elección?», ha interpelado Corina Machado a los dirigentes de Brasil y Colombia.

La idea de celebrar unos nuevos comicios procedió del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. El miércoles planteó esta alternativa como fórmula para solucionar la actual crisis política que atraviesa el país vecino, a raíz de las acusaciones sobre el régimen chavista de haber cometido fraude en los pasados comicios del 28 de julio que permitieron la reelección de Nicolás Maduro. Poco después, su homólogo colombiano, Gustavo Petro, publicó un mensaje en el que secundada la celebración de unas nuevas «elecciones libres».

Después de la temporal desconexión de México, Brasil y Colombia son los dos países de la región que continúan el intento de mantener vivo el diálogo diplomático con Caracas. Según Lula, «hasta ahora» no se conoce quién ganó en realidad las elecciones venezolanas, pero tanto él como su homólogo colombiano, Gustavo Petro, son conscientes de la necesidad de encontrar una salida «pacífica y democrática» a la agitación política del país vecino. El presidente conversó telefónicamente con Petro el miércoles y ambos convinieron en impulsar la iniciativa. Ayer fue el turno para que se reunieran sus respectivas cancillerías.

El presidente de Estados Unidos protagonizó un singular episodio, que obligó a salir al paso a la Casa Blanca más tarde. Joe Biden ha pedido reiteradamente datos fiables del escrutinio al Gobierno de Caracas y considera que el candidato opositor Edmundo González se hizo con el mayor número de votos en los pasados comicios. Sin embargo, no ha dicho explícitamente que González debe ser proclamado presidente ante la eventualidad de que el régimen chavista lo interprete como una injerencia extranjera y un intento de «golpe de Estado» desde el exterior.

El líder demócrata estadounidense, que en la noche del jueves, dio su primer mitin conjunto con Kamala Harris como candidata a la Casa Blanca, fue preguntado por los medios de comunicación y su respuesta fue que respaldaba la iniciativa brasileña. Sin embargo, dos horas más tarde, la Casa Blanca le rectificó. Un portavoz del departamento de Seguridad Nacional explicó que Biden posiblemente no entendió la pregunta –se la hicieron sobre la marcha mientras abordaba un helicóptero– y que, en realidad, quiso decir que estaba de acuerdo con que la Comisión Nacional Electoral venezolana aclarase los resultados.

Horas antes, Biden había conversado con su homólogo panameño, José Raúl Murino, y ambos acordaron buscar una «solución conjunta» al conflicto venezolano. EE UU trata de abrir múltiples frentes diplomáticos. Panamá es uno de los 17 países que votó en la Organización de Estados Americanos la exigencia de ver las actas del 28 de julio.

La propuesta de Brasil pasa por que el régimen llame a la repetición electoral con la presencia de observadores internacionales. Y mientras tanto, el país podría encomendarse a un «gobierno de transición» para no sufrir un vacío de poder. «Si Maduro tiene sentido común, incluso podría convocar unas nuevas elecciones, creando un comité electoral con miembros de la oposición y observadores del mundo entero», comentó el dirigente izquierdista, cuya «muy buena» relación con el mandatario venezolano se ha «deteriorado» en estas semanas.

La hipótesis de nuevas elecciones no es baladí, pero tampoco resulta sencilla de implementar. El Gobierno declaró presidente a Maduro y ha aprobado todo tipo de medidas para blindarle en el puesto y reprimir las protestas. El mandatario solo aguarda a que el Tribunal Supremo valide, posiblemente hoy, el escrutinio electoral y le legitime en el cargo. Algunos analistas creen, además, que nada impediría al régimen poner trabas a la oposición y cometer fraude en unos nuevos comicios. Sin embargo, más complicada es aún la otra propuesta que Lula ha lanzando de forma simultánea: un Gobierno de coalición entre el oficialismo y la oposición.

El gesto de los dos países próximos sumerge aún más a Maduro y a su régimen en el aislamiento internacional y la falta casi absoluta de reconocimiento a su presidencia. No obstante, el mexicano Andrés Manuel López Obrador ha rechazado la propuesta de nuevas elecciones. «No creo que sea prudente el que nosotros, de afuera, un gobierno extranjero, sea quien sea, opinemos sobre algo que corresponde resolver a los venezolanos», declaró.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, dejó este jueves en manos de Nicolás Maduro acordar una «solución política» que lleve a Venezuela «paz y prosperidad». Así lo manifestó en una publicación en la red X después de que el brasileño Lula Inazio da Silva propusiera al Gobierno de Caracas convocar nuevas elecciones.

Petro añadió que el líder chavista podría aprovecharse de la experiencia del Frente Nacional «Usada transitoriamente puede ayudar a la solución definitiva», sugirió, en alusión al acuerdo entre el Partido Liberal y el Partido Conservador para compartir el poder durante 16 años y así frenar el enfrentamiento entre bandos diferentes,

Mientras tanto, el régimen calentó ayer el ambiente previo a las manifestaciones convocadas por la oposición contra el pucherazo electoral. La Plataforma Unitaria Democrática ha pedido que este sábado se celebren concentraciones a nivel «mundial» en decenas de capitales, así como en Caracas, donde prevé reunir a miles de ciudadanos.

Al respecto, Diosdado Cabello, el 'número dos' del organigrama chavista, hizo un llamamiento a que los afines a Maduro también se manifiesten este sábado por la capital venezolana. En una declaración pública, el vicepresidente primero agregó que las fuerzas de seguridad tienen constancia de que «bandas de afuera» pagadas incluso por poderes extranjeros tienen previsto cometer «acciones terroristas» en la ciudad aprovechando estas movilizaciones y llamó a los adeptos a «permanecer pendientes». La oposición ha pedido a los suyos que no respondan a las incitaciones de los oficialistas y que las marchas discurran en paz.