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En una mochila de un militar. Allí se encontraba el carísimo conjunto de joyas de la casa Chopard que el Gobierno brasileño intentó introducir de manera ilegal en el país cuando Jair Bolsonaro ocupaba la silla de presidente. Las piezas, que estaban valoradas en 3, ... 2 millones de euros y eran un regalo de Arabia Saudí a la entonces primera dama, Michelle Bolsonaro, fueron incautadas por el fisco al no haber sido declaradas en la aduana. Los hechos se remontan a 2021 pero han salido a la luz esta misma semana en el diario 'O Estado de Sao Paulo', con el líder ultraderechista afincado en Estados Unidos desde hace un par de meses.
El exclusivo regalo de las autoridades saudíes -un collar, un anillo, un reloj y un par de pendientes de diamantes- llegó a suelo brasileño en octubre de 2021 en la mochila de un militar y asesor de Bento Alburquerque, quien en ese momento ejercía como ministro de Minas y Energía, que formaba parte de la comitiva de este país que viajó a Oriente Medio. Las piezas quedaron retenidas en la aduana del aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, al intentar que pasaran como objetos personales sin ser declarados, un trámite que es obligatorio para todos los bienes que llegan a Brasil y tienen un valor por encima de los 1.000 dólares. Otra opción es que hubieran entrado como obsequio «oficial» al presidente y la primera dama, pero se habrían convertido en propiedad del Estado y no de la familia Bolsonaro.
El propio Alburquerque, que ha asegurado ahora que desconocía el valor del regalo, intentó utilizar su cargo de ministro para recuperar las joyas sin que el fisco cediera a sus presiones. Según el diario 'O Estado de Sao Paulo', el líder ultraderechista llegó a movilizar también a los ministerios de Economía y Relaciones Exteriores para que las piezas volvieran a sus manos. Lo intentó sin éxito hasta en cuatro ocasiones durante los dos meses anteriores a dejar de ser presidente, la última vez en 29 de diciembre de 2022 -justo tres días antes de que fuera sucedido por Lula da Silva- cuando un funcionario de su Ejecutivo viajó en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña hasta la aduana de Guarulhos.
La única forma legal que tenía Bolsonaro -quien también probó a enviar una carta al gabinete del Fisco Federal- para recuperar el conjunto de Chopard pasaba por pagar el denominado impuesto de importación que alcanza el 50% del objeto confiscado y una multa de más del 25% por haber intentado introducir las joyas de manera irregular. La cantidad total a abonar habría sido millonaria. El expresidente, sin embargo, defendió este sábado en CNN Brasil no tener conocimiento alguno del obsequio. «Me acusan de un regalo que no pedí ni recibí. No hay ilegalidad de mi parte. Nunca practiqué la ilegalidad. Vean mi tarjeta corporativa personal. Nunca saqué ni pagué un centavo con esa tarjeta», aseguró.
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