COLPISA / AFP
Sábado, 16 de abril 2016, 15:43
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha acusado a los impulsores de su proceso de destitución en el Congreso de querer llegar al poder para sustraerse a las acusaciones de corrupción que pesan sobre ellos mismos.
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"Quieren condenar a una inocente y salvan a ... corruptos", afirma Rousseff en una página publicada este sábado por el diario 'Folha de Sao Paulo'. "¿Será que quienes lideran el golpe permitirán que el combate a la corrupción continúe? ¿Cuál es su legitimidad?", se pregunta Rousseff, que en los últimos días ha acusado a su vicepresidente, Michel Temer, y al jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, de ser "el jefe y el subjefe" de una conspiración en su contra.
Cunha es una polémica figura de la política brasileña, acusado ante la corte suprema de haberse embolsado millones de dólares procedentes de las redes de corrupción de Petrobras y sospechoso de haber escondido el dinero en cuentas en Suiza. El político evangélico niega esos cargos y da largas a una Comisión de Ética de la Cámara que le acusa de haber mentido respecto a sus cuentas en Suiza. Temer, por su lado, fue mencionado en una investigación sobre un negocio ilegal de venta de etanol, aunque no es objeto de ninguna acusación formal.
Proceso
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ha afirmado hoy que su sucesora, Dilma Rousseff, "no se va a matar ni se va a exiliar" ante el proceso que persigue su destitución.
"Nosotros amamos Brasil. Vamos a luchar por la democracia", ha manifestado Lula en un discurso durante un acto convocado por movimientos sociales que apoyan a Rousseff, en la víspera de la votación de la Cámara de los Diputados en la que se decidirá si el proceso contra la mandataria avanza al Senado.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), hace frente a una petición de impeachment por presunta manipulación de las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015. La Cámara de Diputados se pronunciará el domingo sobre una moción de destitución, que de ser aprobada por una mayoría de dos tercios y ratificada por el Senado separaría transitoriamente a Rousseff de su cargo, dejando el poder en manos de Temer, del centrista PMDB, a la espera de la sentencia final en un plazo máximo de 180 días.
El vicepresidente, de 75 años, divulgó la semana pasada, accidentalmente según dijo, un audio en el que daba por hecha la caída de Rousseff y llamaba a formar un "gobierno de salvación nacional" en el que pedía "sacrificios" para pacificar al país y sacarlo de la recesión.
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"¿Qué quieren decir cuando anuncian la necesidad de imponer sacrificios a la población? ¿El gobierno de salvación que prometen será para salvar a Brasil o para salvarse a sí mismos?", se pregunta Rousseff en su página de 'Folha'.
El editorialista Elio Gaspari, del diario 'O Globo', apuntó en su columna del miércoles que en el programa presentado por Temer "faltó cualquier referencia al tema" de la corrupción.
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