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efe
Sábado, 13 de junio 2015, 08:18
El proceso de paz del Gobierno colombiano con las FARC ha sido puesto nuevamente a prueba por el atentado con explosivos atribuido a esa guerrilla que le ha costado la vida a un teniente coronel de la Policía, un patrullero y un civil en el ... suroeste del país, cerca de la frontera con Ecuador.
En el atentado, que según las autoridades fue cometido por guerrilleros del frente 48 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una carretera entre los municipios de Córdoba e Ipiales, en el departamento de Nariño, murieron el comandante de la Policía de esta última localidad, el teniente coronel Alfredo Ruiz Clavijo; el patrullero Juan David Marmolejo García y un civil.
Este ataque, uno de los más graves sufridos por la Policía desde que se iniciaron los diálogos de paz con las FARC, en noviembre de 2012 en Cuba, se produce en medio de una ofensiva terrorista de esa guerrilla que aumenta día tras día y justo cuando el presidente Juan Manuel Santos está fuera del país, de gira por Europa, recabando apoyo internacional para una solución negociada al conflicto.
Rematados con tiros de gracia
El repudio nacional causado por el atentado contra el teniente coronel Ruiz aumenta a medida que se conocen detalles de lo ocurrido, como que el oficial y el patrullero que estaba con él fueron rematados con tiros de gracia, según ha revelado el director de la Policía, general Rodolfo Palomino.
"De acuerdo con lo que hemos podido conocer de la información de un policía sobreviviente de este cruel y cobarde atentado, el señor teniente coronel y el patrullero asesinado fueron ultimados por tiros de gracia", ha afirmado Palomino en declaraciones a los periodistas en Bogotá.
El teniente coronel asesinado, de 49 años de edad, 30 de ellos en la Policía, regresaba a Ipiales, el principal puesto fronterizo de Colombia con Ecuador, después de encabezar un consejo de seguridad en la cercana localidad de Puerres.
Muestras de condena
Las reacciones no se han hecho esperar y uno de los primeros en condenar el ataque ha sido el expresidente y senador Álvaro Uribe, crítico de la manera como se desarrollan los diálogos en Cuba, quien de inmediato ha propuesto que se suspendan las negociaciones de paz. "El asesinato del soldado es el asesinato de la Patria. Que se suspenda el diálogo sin levantar la mesa", ha escrito Uribe en su cuenta de Twitter.
El presidente Santos, que tras asistir en Bruselas a la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se trasladó a Italia, no se ha manifestado aún sobre el atentado pero sí lo han hecho varios de sus ministros. "Infame el asesinato del coronel Ruiz en Nariño. Nos duele su muerte y demuestra la falta de voluntad de paz de las FARC", ha escrito el titular de Interior, Juan Fernando Cristo.
Esa sensación es la misma que tienen millones de colombianos que ven con incredulidad el proceso de paz y que ponen en duda la real voluntad de paz de esa guerrilla. "Asesinando uniformados y dejando poblaciones sin luz ni agua, FARC demuestra que no tienen voluntad de paz, sino de guerra", ha apuntado por su parte el Ministerio de Defensa en la red social.
Un proceso debilitado
Y es que el atentado que le ha costado la vida al teniente coronel no hace sino aumentar la tensión del debilitado proceso de paz, golpeado a diario en las últimas semanas por las acciones terroristas de las FARC contra la fuerza pública, la infraestructura petrolera, energética, de carreteras y de agua potable del país.
En su ofensiva, las FARC dejaron sin electricidad por varios días a más de un millón de personas en el departamento del Caquetá (sur), así como a las ciudades de Buenaventura y Tumaco, los principales puertos del país en el Pacífico, y contaminado ríos y otras fuentes de agua con derrames de petróleo en los departamentos de Putumayo y Nariño.
También dinamitaron la semana pasada el acueducto del municipio de Algeciras, en el departamento del Huila (sur), atacaron infraestructuras petroleras en Tibú (Norte de Santander), localidad limítrofe con Venezuela, y hoy atentaron contra dos torres de transmisión de energía en Medina, departamento de Cundinamarca, a menos de 200 kilómetros de Bogotá. En otro ataque en la Vía Panamericana, en el departamento del Cauca, murieron ayer tres policías de carreteras.
Las FARC incrementaron su actividad armada desde el pasado 22 de mayo, cuando suspendieron el alto el fuego unilateral e indefinido que habían iniciado cinco meses antes en el marco de los diálogos de paz, después de que 27 guerrilleros murieran en un bombardeo de la Fuerza Aérea en una zona remota del Cauca. Ese bombardeo fue a su vez consecuencia de un ataque de las FARC que mató a once militares en la misma región el 15 de abril, día en que empezó la actual prueba de fuego para el proceso de paz.
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