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colpisa / afp
Miércoles, 10 de junio 2015, 00:44
Argentina ha quedado casi paralizada el martes, sin trenes, metro, autobuses, barcos ni aviones, por una huelga de transportes de sindicatos opositores que piden ajustes de salarios por encima del 27% que fijó como tope el Gobierno de Cristina Kirchner, quien deja la presidencia en ... diciembre.
"Ha habido una adhesión muy importante a esta medida de fuerza", ha dicho en rueda de prensa Hugo Moyano, líder de la huelga y del gremio de camioneros. Todos los vuelos nacionales y algunos internacionales han sido cancelados, pero han abierto numerosos comercios, restaurantes, bancos, escuelas públicas y privadas, a un ritmo de día festivo. El 88% de las tiendas de todo el país han abierto sus puertas pero han perdido ventas por un total de 1.680 millones de pesos (170 millones de euros), según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Sindicalistas de partidos troskistas han bloqueado los accesos a la capital y otras ciudades y miles de automóviles han salido a las calles al faltar el habitual sistema de transporte. "No le veo la lógica a este paro, en mi trabajo iban a mantener la actividad así que resolví venir a mi manera", ha dicho Mariana Galindo, una contable de 27 años que iba en bicicleta a su empleo en el centro de Buenos Aires.
Julio Rodríguez, encargado de una pizzería en el barrio de Monte Castro, ha asegurado que en esa zona alejada del centro estaba "todo tranquilo, como siempre", aunque ha tenido que pagar taxis para que los empleados pudiesen llegar. En Twitter los dos temas que han marcado tendencia en Argentina eran #YoNoParo, con comentarios críticos a la medida de fuerza y #MartesDeParo, que ha inspirado ironías y chistes sobre un día "perfecto porque no hay escuela ni gimnasio".
Impulsores de la medida
La medida fue impulsada por tres centrales sindicales enfrentadas al gobierno. Las otras dos, aliadas de Kirchner, no se adhirieron. Los sindicatos rechazan que el Gobierno pretenda fijar un tope del 27% para el aumento salarial en las negociaciones colectivas con las empresas, con una inflación anual para 2015 que los analistas estiman que rondará el 30%.
Los gremios reclaman además la reducción de un impuesto llamado a las Ganancias, que se aplica sobre los salarios medios y altos. El líder del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, integrante de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), ha advertido de que el paro es "una fuerte señal hacia adelante para quienes tengan que administrar, para que vean cuál es la capacidad y la posibilidad de acuerdos".
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