Incendian el ayuntamiento de Iguala en protesta por los estudiantes desaparecidos

La sede de la alcaldía de Iguala, situada en el centro de esta ciudad de 140.000 habitantes, había sido prácticamente vaciada el pasado jueves cuando el sindicato de maestros de Guerrero y otras organizaciones sociales anunciaron que pensaban tomar las sedes de 81 alcaldías de la región.

Mientras, en Ciudad de México, la fiscalía general ordenó la captura del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y de su esposa, acusándolos por primera vez de los ataques de su policía municipal contra los estudiantes desaparecidos.

Abarca y su mujer, María de los Ángeles Pineda, hermana de tres narcotraficantes, son vinculados al cártel Guerreros Unidos y la fiscalía les acusa de intervenir en la desaparición de los estudiantes.

La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) ha señalado que tras la quema de la alcaldía de Iguala, un grupo de civiles encapuchados, armado con palos y "ajenos a esta movilización, aprovecharon el acto de protesta para realizar daños y saqueos" en el cercano centro comercial Tamarindos, propiedad de Abarca.

"Dañaron la planta baja del inmueble que tiene tres pisos, saquearon tiendas de electrodomésticos e hicieron destrozos en zapaterías y tiendas de ropa", ha denunciado un policía federal.

Por estos hechos fueron arrestadas "10 personas como presuntos responsables de hurtar y realizar actos de vandalismo", dos de los cuales se encuentran en un hospital por "las lesiones que se causaron a sí mismos durante los actos de saqueo", añadió la CNS.

Guerrero, y el resto de México, sigue indignado por la falta de noticias sobre el paradero de los 43 estudiantes de una escuela rural de magisterio, quienes desaparecieron la noche del 26 de septiembre después de ser tiroteados por policías locales de Iguala y sicarios de un cártel narcotraficante local.