Teodoro Obiang Nguema, un récord de longevidad en el poder en Guinea Ecuatorial

El de agosto de 1979, por las armas, con la ayuda de oficiales, derrocó a su tío, el sanguinario dictador Francisco Macias Nguema, fusilado dos meses después. Obiang mantuvo la obsesión con el golpe de Estado y se dedicó a crear servicios de seguridad todopoderosos bajo su autoridad directa. Desde su llegada al poder en este país, único hispanófono del continente, Obiang dice haber frustrado al menos diez intentos de golpe de Estado o de asesinato. A cada intentona, el gobierno respondió con represión, acusando al ejército, a la oposición o a potencias extranjeras.

En el último intento, en diciembre de 2017 según el Gobierno, los presuntos autores, más de 130 personas, muchos de ellos extranjeros, fueron condenados a penas de prisión de 3 a 96 años. Pero la acción de 1979 es calificada por el Gobierno como «golpe de libertad».

Las celebraciones tendrán lugar el sábado en tres ciudades: Bata, capital económica; Mongomo, donde nació el presidente; y Djibloho, levantada en medio de la selva gracias a los petrodólares, símbolo de la transformación de este pequeño país.

Obiang Nguema, líder de un país sin grandes recursos y tratado con petulancia por los otros presidentes africanos, se benefició del hallazgo de petróleo en aguas territoriales a principios de los años 1990. El país se enriqueció y tiene uno de los PIB por habitante más elevados de África: 19.513 dólares en 2017, según un informe de l ONU.

Pero esta nueva riqueza se ha usado sobre todo para financiar proyectos faraónicos, como Djibloho, que devoró cerca de la mitad del presupuesto del país en 2016 en detrimento de la educación o la salud. La esperanza de vida se estancó por debajo de los 60 años en el país, antigua colonia española.

Guinea Ecuatorial es regularmente citada por las oenegés como uno de los países más corruptos del mundo, que prefiere invertir en hoteles lujosos en Europa. El hijo del presidente, Teodorín Obiang, nombrado vicepresidente en 2012, fue condenado en 2017 en París a tres años de prisión y 30 millones de euros en multa por «bienes mal adquiridos», una sentencia que apeló.

El proceso no detiene los preparativos para la sucesión. A finales de noviembre, dirigió su primer consejo de ministros. Mientras que el retrato de su padre está en las paredes de las calles de todo el país, Teodorín prefiere aparecer en las redes sociales, entre cumbres políticas, el carnaval de Río y las sesiones de buceo con tiburones.

El presidente muestra sin parar su desprecio por todas las críticas «occidentales» de su gestión y de las violaciones a los derechos humanos. Uno de los principales partidos de oposición, Ciudadanos para la Innovación (CI), fue disuelto en febrero de 2018 tras las legislativas de noviembre.

Los arrestos de opositores son frecuentes, y muchos de ellos hallaron refugio en el exterior, principalmente en España. En cambio, el decano de los Jefes de Estado sigue acogiendo a muchos de sus homólogos en problemas. Por ejemplo el gambiano Yahya Jammeh, amenazado de sanciones y extradición por su régimen dictatorial durante 22 años, encontró santuario en Guinea Ecuatorial desde 2017.