La tragedia vuelve a viajar en un cayuco, en esta ocasión, con más de un centenar de migrantes a bordo que habían partido de Senegal. Ninguno llegó a su destino, que se sospecha que eran las islas Canarias. La embarcación de madera y veinte metros ... de eslora fue rescatada el pasado lunes frente a Cabo Verde, a unos 250 kilómetros de la costa de la isla de Sal, más de un mes después de que se echara a la mar. Sólo quedaban 38 supervivientes. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) no tiene claro «qué ocurrió» durante la travesía.
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La barca salió el 10 de julio de la localidad senegalesa de Fass Boye, al norte de la capital, Dakar. Se subieron, según los testimonios recabados entre quienes han sobrevivido, unas cien personas y todas procedían de ese país africano. Cuando la patera se encontraba a unos 600 kilómetros de su origen, ya en aguas de Cabo Verde, fue avistada por un pesquero español, que dio aviso a las autoridades y trasladó a los supervivientes -y a los siete cadáveres que viajaban con ellos- hasta el puerto de Palmeira, según informó la televisión pública caboverdiana. Habían pasado más de cinco semanas en mitad del océano Atlántico.
La ruta que conecta el este de África con las islas Canarias se había cobrado la vida de al menos 77 personas en lo que va de año antes de este suceso
Cuatro menores con vida
La OIM da por desaparecidos a 56 pasajeros aunque asume que han perdido la vida durante la travesía. Safa Msheli, portavoz de la organización, explicó que, al margen de la posibilidad de ahogamiento, permanecer varado en el mar durante un largo periodo de tiempo conlleva otros riesgos, desde la hipotermia a la deshidratación. Sin agua, sin alimento, bajo el sol, el escenario es terrible. Entre los 38 senegaleses que han logrado sobrevivir a la tragedia hay cuatro menores de entre 12 y 16 años. La mayoría de los supervivientes (32) han quedado alojados de manera temporal en una escuela de Cabo Verde, donde reciben ayuda de las autoridades locales y de Cruz Roja, pero media docena tuvieron que ser ingresados en un hospital al llegar a tierra.
La ruta que conecta el este de África con las islas Canarias se había cobrado la vida de al menos 77 personas en lo que va de año antes de este naufragio, que sumaría otras 63 a esta negra estadística. Desde 2014, la cifra de fallecidos se eleva a 650 personas aunque la OIM admite que el número real es mayor. De hecho, el colectivo Caminando Fronteras denunció hace un mes que se había perdido la pista a tres cayucos con alrededor de 300 migrantes que habían partido precisamente de Senegal. La crisis política en el país, con una ola de protestas y disturbios callejeros con varios muertos a finales de la pasada primavera, ha disparado en las últimas semanas la salida de embarcaciones desde sus costas.
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