Israel reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental para estrechar las relaciones

Los marroquíes señalaron que en la misiva del primer ministro se recoge también que Israel está «examinando positivamente» la apertura de un consulado en Dakhla, la capital regional de esa zona ocupada por Rabat.

La complicada situación de seguridad en Cisjordania, con un incremento importante de la violencia desde la llegada al poder del ultranacionalismo sionista de la mano de Netanyahu, había enfriado las relaciones entre ambos países. Las operaciones militares en lugares como Yenín provocan la reacción de los gobiernos árabes, que se muestran «preocupados» por la situación, pero estas palabras de inquietud no se transforman en acciones contra el Estado judío.

Trump fue el padre de los Acuerdos de Abraham y los países árabes que aceptaron normalizar sus relaciones con el Estado judío recibieron importantes compensaciones por parte de Estados Unidos. Marruecos fue el cuarto país que normalizó relaciones con Israel tras Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán y, como todos ellos, recibió importantes compensaciones por parte de Washington. En su caso, sin embargo, el reino alauí no entró dentro del marco de los acuerdos porque argumentaron que ellos no partían desde cero y que en su caso se trataba de retomar unas relaciones que permanecían congeladas los últimos años.

La exigencia del reino para normalizar relaciones con Israel fue que Washington reconociera su soberanía sobre el Sáhara Occidental y Trump no dudó en hacerlo. Ahora son los israelíes quienes dan ese paso para enfado de unos saharauis cada vez están más abandonados por la comunidad internacional. Trump fue quien apadrinó este acercamiento y Joe Biden no ha dado marcha atrás en la decisión adoptada por su antecesor en temas tan sensibles como el Sáhara Occidental.

Mientras el tema del Sáhara ocupa los titulares en Occidente, dentro de Israel fue la nueva jornada de movilización contra la reforma de la Justicia la que centró la atención de los medios. Decenas de miles de personas respondieron a la convocatorio del 'Día de resistencia', volvieron a tomar las calles y a bloquear carreteras y estaciones de tren en señal de protesta con la política de Netanyahu. La Policía detuvo a decenas de manifestantes y una persona resultó herida en los enfrentamientos que estallaron a lo largo de la jornada.

La reforma de la Justicia consiste en un paquete con diferentes proyectos de ley, que deben superar tres votaciones en el Parlamento y que han ido completando fases en mitad las protestas. Los manifestantes salieron a las calles en la jornada en la que se debatía en el Parlamento la conocida como 'prueba de razonabilidad', que hasta ahora permitía al Tribunal Supremo cuestionar leyes y nombramientos de la cámara en base a su sensatez. Netanyahu y sus aliados quieren controlar el Supremo y gozan de la mayoría necesaria para hacerlo, pese a la presión de las calles.