Francia inició este lunes una carrera contrarreloj para buscar a los desaparecidos y evitar aún peores consecuencias a causa del 'Chido', el potente ciclón tropical que devastó el pasado fin de semana el archipiélago de Mayotte, uno de los territorios de ultramar galos. El balance ... oficial se eleva a 20 muertos, pero París teme que sea muy superior. «Harán falta días y días» para establecer una cifra fidedigna de víctimas, reconoció el ministro del Interior, Bruno Retailleau, quien viajó a la zona siniestrada en el océano Índico, cerca de Madagascar.
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El prefecto François-Xavier Bieuville -el equivalente galo del delegado del Gobierno- ya había estimado el domingo en «varios centenares, incluso cerca del millar» el número final de muertos. Además de un elevadísimo balance de víctimas, las autoridades temen que esta catástrofe natural desemboque en una tragedia aún más grave. «No solo está el riesgo de una crisis sanitaria, sino también de una hambruna», advirtió el presidente del consejo departamental de Mayotte, Ben Issa Ousseni. El ciclón provocó destrozos e inundó el único hospital insular, que ya sufría una escasez de personal en tiempos normales.
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La paradisíaca isla, con una población de 300.000 personas, apenas cuenta con un PIB por habitante de 10.600 euros, menos de tres veces inferior a la media en la Francia metropolitana. El 77% de sus habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza. Esta precariedad económica, sumada a los numerosos barrios con chabolas, contribuyeron a los devastadores efectos de las potentísimas lluvias y vientos del 'Chido'.
«La isla sufrió una de las catástrofes más impresionantes» desde hace 90 años, aseguró el flamante primer ministro galo, François Bayrou, tras participar de manera no presencial en el gabinete de crisis en París, que encabezó por la tarde el presidente, Emmanuel Macron. «La situación resulta extremamente preocupante», añadió refiriéndose «a los transportes o la distribución de agua y comida». Bayrou siguió esa reunión desde la localidad de Pau (suroeste del territorio galo), cuya alcaldía conservará pese a su nombramiento el viernes. Lo que suscitó duras críticas por parte de la oposición.
Esta crisis humanitaria tiene lugar en un momento en que Francia se encuentra con un Gobierno en funciones, tras la moción de censura del 4 de diciembre contra el Ejecutivo del conservador Michel Barnier. El ministro de Defensa interino, Sébastien Lecornu, anunció el despliegue de 200 gendarmes en Mayotte. Estos se sumarán a los 650 militares que ya están presentes en la zona devastada. El titular del Interior anunció, asimismo, el envío de 800 rescatistas.
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«Vamos a reforzar el puente aéreo y marítimo desde la Reunión y la metrópolis», indicó Lecornu. Numerosas carreteras quedaron cortadas a causa de las inundaciones. El aeropuerto Marcel-Henry estará cerrado hasta el jueves. Además, las redes de telefonía e internet seguían sin funcionar este lunes. La situación resulta crítica en uno de los territorios más frágiles de Francia.
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