Diomaye Faye, en el centro, es licenciado en Derecho y ejerció como inspector fiscal. EFE

Diomaye Faye, de preso a presidente de Senegal en diez días

El llamado candidato antisistema venció en las elecciones del 24 de marzo con un discurso que representa el ansia de regeneración política de los africanos

Sábado, 30 de marzo 2024, 17:58

A veces, los calificativos los carga el diablo. A Bassirou Diomaye Faye, vencedor de los recientes comicios presidenciales en Senegal, se le tacha de candidato antisistema. Posiblemente, antes de denominarlo de esa manera, habría que analizar la estructura política del país sahelino abierto al mar. ... Rareza en el continente africano, su historia como república independiente ha respondido a los cánones democráticos y, sorprendentemente, carece por completo de episodios golpistas.

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Esta fachada reluciente esconde, sin embargo, un reverso tenebroso. La corrupción de la clase dirigente y la dependencia política y económica de Francia, la antigua metrópoli, cuestionan su Estado de Derecho. Desde hace tres años, el presidente saliente, Macky Sall, ha obstaculizado todos los movimientos opositores recurriendo a la violencia y el encarcelamiento arbitrario. Tal vez, Faye pretenda todo lo contrario, es decir, recuperar un sistema traicionado.

Pero las sorpresas no vienen solas. En realidad, Diomaye Faye (44 años) es un ganador por delegación. El lema de la reciente campaña era 'Diomaye es Sonko', alusión al verdadero líder de masas. El nuevo jefe del Ejecutivo era prácticamente desconocido hace meses, un reo que permaneció en la cárcel desde abril del pasado año hasta diez días antes de la cita electoral, con acusaciones de difamación y desacato a los jueces. Su acceso al primer plano político llegó con la detención de Ousmane Sonko, cabeza del movimiento Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (Pastef), todo un revulsivo para la adocenada escena política local. Su victoria en las últimas elecciones locales ya aventuraba un éxito en las presidenciales que se ha querido evitar a toda costa.

Tirón entre los jóvenes

Ambos impulsaron una corriente creada hace tan sólo una década y que ha llegado, por fin, a encumbrarse. Los dos son licenciados en Derecho y ejercieron como inspectores fiscales antes de crear el partido sobre el que ha pivotado su propuesta de cambio. Faye está considerado el ideólogo de una formación que aúna posiciones sociales de izquierda, nacionalismo económico y un concepto de desarrollo panafricano. Ese programa ha conseguido gran aceptación entre los jóvenes –que constituyen más del 60% de la población total–, las mujeres y los habitantes de las ciudades.

El partido de Faye aúna posiciones sociales de izquierda, nacionalismo económico y un concepto de desarrollo panafricano

Recuperar la soberanía para luchar contra la pobreza y la emigración masiva constituye el eje de su agenda. Los regeneracionistas aspiran a llegar al autoabastecimiento en un país que importa el 70% de sus alimentos y con ese propósito, sus postulados apuestan por reactivar la agricultura, muy afectada por la liberación de aranceles, y cuestionar los tratados de pesca que han permitido a grandes empresas extranjeras esquilmar sus caladeros.

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Una nueva generación de políticos, encabezada por Faye, llega a Senegal en un momento crítico. A partir de mayo, los yacimientos de gas y petróleo se pondrán en funcionamiento y nuevos recursos entrarán en el Tesoro. El propósito del nuevo Gobierno, y ahí se hallan sus planteamientos más radicales, es renegociar los acuerdos de explotación asegurándose condiciones mejores y, de esta forma, sustentar una estrategia financiera propia, ajena a los capitales exteriores. Además, ya anuncian su salida del franco CFA, la moneda creada por Francia para establecer una tutela económica sobre sus antiguas colonias en África Occidental. Estas son, ciertamente, verdaderas medidas de carácter antisistema ya que cuestionan la fórmula neocolonial que el Elíseo ha implantado en el último medio siglo, el de la presunta independencia de sus territorios.

En la miseria

La demanda popular requiere medidas a corto plazo que eviten la inestabilidad. Más del 30% de la población subsiste bajo el umbral de la miseria, aunque los matemáticos modernos calculan que el porcentaje supera el 70%. No hay tiempo que perder. La llegada de ingresos procedentes de los hidrocarburos, a menudo, suele incentivar la apropiación indebida en el interior de la Administración, tal y como ha sucedido en Nigeria.

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El nuevo presidente deposita su papeleta en las elecciones del 24 de marzo. Zohra Bensemra/Reuters

Los precedentes no alientan la esperanza senegalesa. Los líderes africanos con postulados anticolonialistas han sido asesinados, caso del congoleño Patrice Lumumba o el camerunés Félix-Roland Moumié, o seducidos por el cesarismo y el enriquecimiento, como sucedió con el ghanés Kwame Nkruma o el zimbabuo Robert Mugabe. En sus redes sociales, herramienta habitual para la comunicación con sus fieles, Faye asegura que el país no necesita ni mesías ni héroes. Tal vez, África, y el mundo, tan sólo precisa de políticos armados de ética y deseos de cambio efectivo.

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