Una familia sudanesa huye con sus escasas pertenencias del conflicto en Darfur. Reuters

«Darfur está más aislada y con menos ayuda que nunca»

Médicos Sin Fronteras advierte del impacto de la guerra en esa región sudanesa donde las enfermedades proliferan y «muy pocos hospitales siguen funcionando»

Domingo, 21 de enero 2024, 20:40

Darfur se ha convertido en la región más afectada por el conflicto bélico que sufre Sudán. «Antes de la guerra, la mitad de la población ya había huido de sus casas y dependía de la ayuda exterior», explica Claire Nicolet, coordinadora de la unidad de ... emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Chad. «Ahora el territorio está más aislado que nunca e, incluso, con menos socorro. Algunas partes de esta área, así como otras de Sudán, que ya sufrían viejas guerra y desplazamientos, caso de Kordofán del Sur, corren el riesgo de mayor violencia, lo que puede suponer que las comunidades civiles se conviertan en objetivos».

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Los ataques y bombardeos indiscriminados provienen de todos los bandos y se producen con insuficiente protección para los inocentes. «En Darfur Occidental se producen asesinatos basados en la identidad étnica», advierte. Como resultado, 500.000 de sus habitantes han buscado refugio en Chad, más de un tercio de los sudaneses que han huido del país desde el pasado 15 de abril. Los vecinos de El-Geneina, la capital regional, han sufrido una intensa represión con tasas de mortalidad 20 veces superior a las normales, según un estudio de MSF, que también asegura que el 83% de los decesos corresponden a hombres, perseguidos sistemáticamente y abatidos con armas.

Los masalit se han convertido en la tribu darfurí más perseguida por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), comandadas por Mohamed Hamdan Dagalo alias Hemedti, y sus aliados locales. Según fuentes de la cooperación internacional, 7.000 de sus miembros han sido asesinados en masacres que cobraron especial intensidad en los meses de junio y noviembre. Su hegemonía en Darfur Occidental ha sido cuestionada por los nómadas árabes desde los años noventa. Desde el inicio de la guerra civil, los insurgentes han instrumentalizado el conflicto por la necesidad de contar con el apoyo de los guerrilleros árabes.

La situación en la capital Jartum, con tres millones de residentes, es «terrible y se deteriora», según Nicolet, que asegura que las autoridades impiden a las organizaciones humanitarias llegar hasta las zonas controladas por las milicias. «Muy pocos hospitales siguen funcionando», lamenta y advierte que MSF carece de suficientes equipos y suministros para responder a ese nivel de violencia a largo término. «Los niños heridos por balas perdidas suelen ser llevados a cuatro centros antes de conseguir un lugar donde puedan tratarlos», indica y señala la falta de guantes quirúrgicos o antisépticos para limpiar las heridas.

Falta de comida y altos precios

La malaria, el dengue, el sarampión y el cólera son enfermedades que proliferan y las crónicas se convierten en críticas por la falta de medicinas. «Es el mayor problema en el país por la falta de comida, alto precios en el mercado y la imposibilidad de cultivar», advierte. «Las condiciones de alimentación está empeorando en todo el país, especialmente en las regiones con difícil acceso como es el caso de Darfur». Además, las circunstancias pueden complicarse en Chad, país de acogida. «El Programa Mundial de Alimentos advierte del riesgo de restricciones o detención de sus actividades por falta de fondos suficientes».

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