La ONU denuncia matanzas étnicas y violaciones en grupo en Burundi

Este pequeño Estado de África central está inmerso en una espiral de violencia desde el anuncio a finales de abril de que el presidente Pierre Nkurunziza iba a presentarse a un tercer mandato, que obtuvo en julio. Sus opositores le acusan de haber violado la Constitución y el Acuerdo de Arusha que puso fin a la guerra civil de 1993-2006.

En un comunicado, el Alto Comisionado de la ONU ha denunciado "agresiones sexuales cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad y un fuerte aumento de las desapariciones forzadas y de las torturas". También ha pedido una investigación sobre "la posible existencia de al menos nueve fosas comunes" en Bujumbura y sus alrededores, incluida una en un campamento militar. Según varios testigos citados en el comunicado, contendrían al menos 100 cuerpos de personas muertas en los ataques lanzados del 11 de diciembre contra tres campamentos militares. "Mi organización está analizando imágenes por satélite para aclarar estas acusaciones muy graves", afirma Zeid.

"Hemos documentado trece casos de violencia sexual contra mujeres, que comenzaron en las operaciones de búsqueda y detención realizadas después de los sucesos de diciembre en los barrios considerados afines a la oposición", ha añadido. "Las fuerzas de seguridad entraban en casa de las víctimas, separaban a las mujeres del resto de los miembros de la familia y las violaban, a veces en grupo", ha detallado.

"El número creciente de desapariciones forzadas, junto con las acusaciones sobre la existencia de lugares de detención secretos y las fosas comunes son muy preocupantes", ha lamentado.

La violencia en Burundi ya ha causado cientos de muertos y obligado a más de 200.000 personas a partir del país, según la ONU.