Amnistía Internacional denuncia torturas, represión y retroceso de las libertades en Túnez

Así lo asegura un informe publicado hoy por la organización de defensa de los Derechos Humanos Amnistía Internacional con datos, informaciones y entrevistas realizadas a lo largo del pasado mes de diciembre.

"Hace cinco años los tunecinos y las tunecinas se levantaron y se sacudieron las cadenas del autoritarismo. La tortura y la represión eran características del régimen del expresidente Ben Ali", explica el informe.

"No se debe permitir que se conviertan en rasgos definitorios del Túnez posterior al levantamiento", recomienda el documento, firmado por el director adjunto del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, Said Boumedouha.

Según las cifras recabadas por AI, desde 2011 se han producido al menos seis muertes bajo custodia en circunstancias que no han sido suficientemente investigadas.

La organización destaca el caso de Sofiene Dridi, un hombre sobre el que pesaba una orden judicial de detención por presuntos delitos cometidos en 2011 y que fue detenido a su llegada al aeropuerto de Túnez el 11 de septiembre de 2015, tras ser expulsado de Suiza.

"Dridi compareció ante un tribunal el 15 de septiembre en buen estado de salud y tras la vista fue trasladado a la prisión de Mornaguia. El 18 de septiembre se informó a su familia de que lo habían llevado al hospital", señala el informe.

"La familia acudió a visitarlo, pero el personal médico negó todo conocimiento sobre él, tras lo cual regresó al tribunal para tratar de obtener más información; allí les dijeron que Sofiene había muerto de una parada cardiaca", agrega.

Según AI, tras ver su cadáver en la morgue, la familia denunció hematomas en la cara y reveló que su certificado de defunción estaba fechado el 17 de septiembre. Hasta la fecha, la familia sigue esperando conocer todos los detalles de la causa de la muerte.

"Amnistía Internacional también recibió información sobre torturas y malos tratos a detenidos y detenidas mientras estaban en prisión el año pasado, tras ser arrestados por terrorismo", subraya el informe.

"Según algunos de los testimonios, las víctimas eran sometidas a descargas eléctricas, incluso en los genitales, y a una postura en tensión conocida como "pollo asado" en la que se las esposa de pies y manos a un palo", agrega.

"Algunas también fueron abofeteadas y obligadas a desnudarse, y recibieron amenazas contra sus familias para tratar de que firmasen una confesión falsa", insiste.

Ante esta situación, la organización internacional demanda a las autoridades tunecinas que permitan y fomenten la investigación libre e independiente de estas denuncias, publique los resultados y procese a los eventuales culpables.