Obama, en Nairobi.

Obama insta a los jóvenes kenianos a forjar un futuro mejor para su país

El presidente de EE UU anima a luchar contra la corrupción, defender los derechos de las mujeres y buscar la unidad nacional el último día de visita a la tierra de sus antepasados

colpisa / afp

Domingo, 26 de julio 2015, 14:22

"Estoy orgulloso de ser el primer presidente estadounidense que procede de Kenia y por supuesto soy el primer keniata-americano en ser presidente de Estados Unidos". Barack Obama se ha despedido de los keniatas entre una enorme y afectuosa multitud, aproximadamente 4.500 personas, ... durante un discurso en el estadio deportivo de Kasarani, en Nairobi.

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El mandatario norteamericano ha pedido a los jóvenes de Kenia que se mantengan alejados de "las malas tradiciones" y que forjen un futuro más justo y abierto para su país, durante el último día de su visita a la tierra de sus antepasados.

Obama, que se definió a sí mismo como el primer presidente de Estados Unidos keniano-estadounidense, opinó que el país africano se encuentra en una encrucijada llena de peligros y también de oportunidades. "El futuro de África depende de los africanos", declaró. "Creo que durante demasiado tiempo muchos miraron afuera en busca de salvación y culparon a los demás de los problemas del continente", dijo.

Obama se mostró, sin embargo, confiado sobre el porvenir del país, a pesar del camino que queda por recorrer. "Podemos ver el futuro de Kenia en el horizonte, pero se deberán tomar decisiones difíciles", aseguró. "Tratar a las mujeres como ciudadanas de segunda clase es una mala tradición, os retrasa", lamentó.

Juventud

Durante gran parte de su discurso, el presidente intentó congraciarse con los jóvenes kenianos, una población crucial en un país en el que el 60% de los habitantes tienen menos de 24 años.

Obama recordó detalles de sus anteriores viajes a Kenia, cuando aún no era presidente: los coches averiados, la comida tradicional y las maletas extraviadas. "Eso no ocurre en el Air Force One" , el avión presidencial, bromeó. En su visita de dos días, Obama ha intentado lograr dos objetivos: conseguir que los estadounidenses olviden los estereotipos sobre África y que los africanos confíen en un futuro mejor.

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Amenaza yihadista

El mensaje de optimismo sobre el porvenir de Kenia no puede, sin embargo, ocultar la amenaza yihadista que afronta el país y las duras medidas de seguridad que implica. Una población joven y empobrecida puede ser un terreno fértil para la inestabilidad y el ascenso de grupos yihadistas como los shebabs somalíes, que han atacado al país en varias ocasiones.

Ante esos peligros, Obama recalcó la necesidad de lograr crecimiento económico, reducir los niveles de corrupción y conseguir un sentimiento de unidad nacional que deje a un lado las diferencias étnicas. En 2007 y 2008, las elecciones provocaron enfrentamientos entre etnias rivales que dejaron más de 1.000 muertos y obligaron a cientos de miles de personas a abandonar sus casas.

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El vicepresidente William Ruto ha sido imputado por la Corte Penal Internacional (CPI), que lo acusa de crímenes contra la humanidad, en relación con esos disturbios postelectorales. El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, afrontaba los mismos cargos, pero la CPI abandonó sus acciones judiciales en diciembre porque, según el fiscal del tribunal, el gobierno keniano impedía su labor.

Tras la visita a Kenia, Obama viajará a Etiopía, país que ha permanecido doblegado por la hambruna especialmente en la década de 1980, pero que ahora cuenta con una de las mayores tasas de crecimiento del continente.

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