colpisa / afp
Lunes, 11 de mayo 2015, 02:21
Los inmigrantes instalados en Libia o de tránsito en este país se ven obligados a arriesgar su vida en una peligrosa travesía en el Mediterráneo rumbo a Europa para huir de la "crueldad" y de la violencia, según asegura Amnistía Internacional.
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Desde que el país ... se sumiera en el caos, la marcha de inmigrantes irregulares desde los 1.770 kilómetros de costas libias rumbo a Europa no ha dejado de aumentar. En este contexto, el enfrentamiento entre dos gobiernos paralelos y el conflicto en el país han despejado el camino a los traficantes de seres humanos.
Estas costas se encuentran a unos 300 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, a donde intentan llegar cada semana cientos de inmigrantes procedentes de África, Siria u otras zonas en conflicto. "Las espantosas condiciones de los inmigrantes, junto a la espiral de caos y de conflictos armados, muestran hasta qué punto la vida es peligrosa actualmente en Libia", destaca Philip Luther, director del programa de Oriente Medio y Norte de África de Amnistía.
El conflicto alcanza al mismo tiempo a los refugiados y a "las comunidades de inmigrantes que viven y trabajan desde hace años" en el país, destaca Amnistía en su último informe sobre la situación en este país norteafricano. Charles, un cristiano de Nigeria, explica a la ONG que un grupo armado de Zuara lo secuestró y agredió en varias ocasiones a causa de su religión.
Traficantes de seres humanos
Sin medios legales para huir y ponerse a salvo, los inmigrantes "están obligados a poner sus vidas en manos de los traficantes de seres humanos, que cínicamente los extorsionan, maltratan y atacan", denuncia Luther. Numerosas mujeres han informado de abusos sexuales. Una de ellas asegura haber sido víctima de una "violación en grupo" cometida por 11 hombres delante de su esposo, a su llegada a Sabha, a 600 kilómetros al sur de Trípoli.
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Los refugiados sirios explican que los traficantes los trasladan en camiones frigoríficos mal ventilados, donde "dos niños empezaron a asfixiarse". Ante esta situación, Amnistía exhorta a la Unión Europea a luchar contra los traficantes de seres humanos y a desplegar a su vez más embarcaciones de rescate en el Mediterráneo. La ONG insta además a Túnez y a Egipto a flexibilizar las restricciones en sus fronteras con Libia para ofrecer un refugio a los migrantes.
Asimismo, Amnistía Internacional denuncia el encierro de inmigrantes irregulares en centros de detención de Libia en horribles condiciones. Una mujer cuenta haber recibido golpes con un tubo de metal. "Incluso golpearon a una mujer embarazada. Por la noche, venían a nuestras habitaciones y violaban a algunas mujeres. Por eso decidí irme a Europa", asegura una mujer.
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Los responsables libios, que denuncian una falta de medios para hacer frente a la afluencia de inmigrantes, informan de la presencia de 7.000 en los centros de retención a la espera de su expulsión.
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