Secciones
Servicios
Destacamos
Emmanuel Macron está triste. Al presidente francés le abate la ingratitud de sus colegas de las antiguas colonias galas en África, que le requieren el inmediato repliegue de sus tropas acantonadas en el continente. Compungido por la premura y el desagradecimiento, el inquilino del Elíseo ... les has recordado que sin el apoyo militar de la antigua metrópoli la mayoría ya habría sucumbido al empuje del yihadismo y de otros enemigos. El comentario también ha ofendido a los susodichos, que han advertido cierto eco neocolonial en el reproche. Tal vez, la mayor recriminación se dirija a Alassane Ouattara, el dirigente marfileño, en el poder desde hace 14 años, cuando los efectivos llegados de París depusieron al anterior jefe de Estado para que él regresara del exilio y pudiera hacerse con el mandato ejecutivo.
El cambio de actitud de las antiguas colonias comenzó hace cuatro años en Mali y, tras expandirse por el Sahel, se ha recrudecido en los últimos meses, como si apremiara la marcha de los soldados galos. El ministro de Defensa chadiano acaba de recibir formalmente la base francesa situada en la ciudad de Abeche, la segunda asumida tras la entrega el 26 de diciembre de la de Faya, al norte del país.
No se trata de un procedimiento paulatino de reducción de la presencia militar, sino de su desaparición inmediata y definitiva. En el caso de Chad, el ciclo, iniciado en 1960, se cerrará el 31 de enero con la partida desde el cuartel de Sergent Adji Kossei, en la capital Yamena. Sorprendentemente, la decisión del gobierno fue anunciada el 28 de noviembre y afecta al aliado militar más fiel de París, considerado el 'gendarme' del Sahel.
Pero no sólo a ellos les urge la retirada. Costa de Marfil ha afirmado que antes de que finalice enero el 43 Batallón de Infantería de Marina abandonará la base de Port Bouët, en el área metropolitana de la capital Abidjan. Y Senegal también ha asegurado que cerrará los asentamientos franceses sin negociación previa.
El fenómeno es relativamente reciente. La actitud antifrancesa comenzó hace cuatro años en el corazón del Sahel. El golpe de Estado que sufrió Mali en septiembre de 2021 inició un proceso político que se repitió en Burkina Faso, un año después, y Níger, en julio de 2023. Así sus precarios regímenes democráticos resultaron barridos por levantamientos militares. Las juntas castrenses que tomaron el poder prometieron el regreso a las urnas, compromiso incumplido hasta la fecha. Las asonadas parecían respaldadas por manifestaciones populares y, en poco tiempo, la supresión de la ayuda militar francesa se hallaba en la agenda de los respectivos y aparentemente transitorios gobiernos.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Cuál es la razón de esta desafección apoyada por la opinión pública? El caos subyace en todos los casos. La realidad objetiva y cruel es que las tres repúblicas ya se antojaban quesos Gruyère cuando fueron los pronunciamientos. En el plano bélico, la ofensiva yihadista se había expandido por los territorios provocando una ola de desplazamientos masivos, proliferación de milicias, masacres de civiles y militares, e inseguridad. Los respectivos gobiernos se mostraban incapaces de contener a las guerrillas englobadas, en su mayoría, dentro de los paraguas del Estado Islámico del Gran Sahara (ISGS) y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM).
El apoyo de París a los países surgidos del África Occidental francesa, integrado en su inmenso imperio colonial, había sido decisivo para impedir el colapso. En 2013, las operaciones Serval y Barkhane, sustentadas en las tropas francesas, impidieron que los islamistas llegaran a Bamako, la capital maliense. Pero la relativa victoria no consolidó las estructuras administrativas y militares, víctimas de la precariedad y la corrupción. El carácter artificioso y la fragilidad de los Estados surgidos de la descolonización quedaron manifiestos ante el reto impuesto por los radicales. La violencia no se detuvo. Al contrario, el conflicto religioso incentivó aquellos, ya ancestrales, de carácter intertribal o los exacerbados que enfrentan a pastores y campesinos.
Francia y sus aliados locales pagaron el descontento. «Ante los síntomas de rechazo, en noviembre de 2023, Macron comisionó a Jean Marie Bockel para definir una hoja de retirada desde Senegal a Chad, incluyendo Costa de Marfil a Gabón», explica Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano. «Pretendía reducir de 2.300 a 600 los efectivos. Esa reducción era una retirada, pero, al menos, mantenía las bases».
Pero la situación empeoró y los gobiernos reclaman ahora una salida inmediata. La FrançAfrique, el sistema de relación entre la metrópoli y sus antiguas colonias, se tambalea. El modelo que ha permitido mantener los intereses estratégicos y económicos galos en la región durante los últimos 60 años se basaba en la permanencia de tropas que garantizaban la estabilidad de elites afines. ¿Es el fin del neocolonialismo? «Es una pregunta muy grande, pero sí que es el fin de las intervenciones armadas en el extranjero con la pretensión de construir naciones, una estrategia de posguerra aplicada en Irán, Libia o Afganistán».
La decisión, en cualquier caso, no responde a una medida ideológica ni coyuntural. La salida de los contingentes franceses coincide con la partida del estadounidense, destinado al entrenamiento de tropas, y de los efectivos promovidos por la Unión Europea y Naciones Unidas. La decreciente influencia occidental ha sido reemplazada por la de nuevos actores como China, Irán, Turquía y, sobre todo, Rusia, ya presente en 27 países. «No han llegado con fines altruistas y carecen de una oferta que pueda reemplazar a los franceses».
Moscú es el mejor situado gracias a su Africa Corps, heredero de la Compañía Wagner, pero no cumple el mismo rol. «Antes era una misión antiterrorista. El objetivo de estos individuos es proteger a las juntas que les pagan y lo harán mientras tengan fondos porque son mercenarios». Los intereses de la clase dirigente prevalecen. «El peso de los jóvenes es esencial porque suman una tercera o cuarta parte del electorado y son sensibles a la cuestión de la soberanía», aduce. «Además, la oposición denuncia que los europeos han impedido el desarrollo democrático».
La contradicción resulta patente en el plano bélico. Los soldados se van cuando la degradación se agudiza. La actividad yihadista ha crecido un 60% en el último bienio, según el foro Centro Africano de Estudios Estratégicos, que achaca a las juntas militares y sus aliados haber provocado el pasado año 2.430 muertos civiles, 400 más que los originados por los islamistas. En marzo de 2022 los soldados de fortuna del Grupo Wagner asesinaron a 300 vecinos de Moura, una masacre en la que fueron abatidos individuos por su apariencia u origen étnico.
Esa realidad no trasciende por la aparición de una campaña de desinformación, a juicio del especialista. «La acción rusa en África no repercute en la opinión pública de su país, al contrario de lo que sucede en Europa, y han tomado posiciones en los medios de comunicación locales, así que es difícil que lleguen noticias de sus actuaciones en escenarios lejanos de las urbes». Este contexto fomenta el incremento y la ambición de los ataques. La yihad africana puede reactivarse en los próximos meses y seguir su avance hacia el oeste y sur, favorecida además, por la desarticulación de los mandos conjuntos, caso del G5 del Sahel. «Dependerá de si consigue reforzar logística y aprovisionamiento de armas», indica Arteaga y señala el riesgo de que esa hipotética conquista pase desapercibida hasta que llame a la puerta de las grandes ciudades. «La incógnita sobre el futuro se extiende al sur del Magreb, desde Marruecos a Libia, porque, tras la desaparición de las tropas occidentales, han entrado en primera línea de acción».
Noticia relacionada
G. Elorriaga
Una catástrofe militar tal vez recuperaría in extremis los soldados, aviones y drones de París, pero no parece una opción a corto plazo. Si la tónica prosigue, Francia se quedaría sólo con su base aérea en Yibuti, un país que alquila su territorio a cualquier potencia interesada en dotarse de un buen posicionamiento en el Mar Rojo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.