Acuchillamientos y un muerto en un hotel de refugiados en Glasgow

La centralita de los servicios de emergencia recibió a las 12.50, hora local, una llamada telefónica advirtiendo de lo que estaba ocurriendo en el hotel Park Inn. Según el portavoz de la Policía, Steve Johnson, unidades de la fuerza estaban dos minutos después en el hotel, situado en una de las arterias principales del centro de la ciudad, West George Street.

El hotel, con unas 90 habitaciones, ha sido utilizado durante la epidemia de Covid-19 como alojamiento para solicitantes de asilo. Varios cientos fueron transferidos en marzo de viviendas a hoteles por la compañía Mears, que tiene un contrato de 1.100 millones de euros para proveer albergue a inmigrantes que esperan la decisión del Ministerio de Interior.

Algunos residentes del hotel ofrecieron testimonios a los medios británicos que no componen una secuencia clara de los hechos. El ascensor estaba ensangrentado cuando uno descendió a la recepción tras oír gritos. Al llegar al hall, vio que dos recepcionistas habían sido acuchillados. Cinco heridos fueron ingresados en dos hospitales. Sus edades, único dato oficial sobre su identidad, son: 17, 18, 29, 38 y 53 años.

El sexto herido es un oficial de la Federación de Policía de Escocia(SPF), de 42 años, que se encuentra en estado grave pero estable tras ser también acuchillado. Un mensajero que llevaba un pedido de comida al hotel y se topó con la macabra escena afirma que el autor de los acuchillamientos subió después a su habitación, que las unidades de la SPF llegaron al hotel y subieron a su encuentro, y un policía le habría matado con su arma.

El incidente no tiene conexiones con el terrorismo. La BBC y otros medios informaron inicialmente de que había tres muertos. Ese dato evocó el triple asesinato que un joven de origen libio refugiado en Reino Unido perpetró en un parque público de Reading, en el sur de Inglaterra, el pasado sábado. El caso fue calificado horas más tarde como terrorismo. El sospechoso no ha sido presentado aún a los tribunales.

Si, en el caso de Reading, la biografía del supuesto asesino incluye datos que sugieren que padece trastornos psicológicos graves, en el caso de Glasgow no se conocen aún la edad, nacionalidad o circunstancias del fallecido. Solo existe el contexto. Residentes en el hotel habrían protestado recientemente por su situación y la empresa de la contrata para su alojamiento se ha contradicho.

Un ejecutivo de Mears afirmó a los medios de que, antes del traslado a hoteles de personas que hasta entonces vivían dispersas en sus apartamentos- para protegerles de la epidemia, según reza la explicación del motivo-, no se habían evaluado las características de los trasladados. Incluyen familias, mujeres embarazadas, víctimas de tráfico de humanos, víctimas de violencia y tortura,… Un portavoz de la empresa afirmó después que sí se hizo esa evaluación.

Otro factor de las quejas de los residentes- que se habrían congregado el pasado fin de semana para airear su situación y se habrían dispersado tras ser amenazados por gente hostil a la inmigración- es que se les retiraron los 5.5 euros diarios que reciben para comprar comida, porque la reciben ahora en el hotel. Se han publicado críticas a la calidad de los alimentos, que la empresa rechaza.