COLPISA / AFP
Miércoles, 3 de junio 2015, 11:34
La fiesta en las gradas comenzó dos horas antes de que el árbitro Yadel Martínez pitara el inicio del histórico partido amistoso que el Cosmos de Nueva York ganó por 4-1 a la selección cubana este martes, con Pelé como invitado estelar.
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No fue ... un partido tradicional, pues todos quedaron felices al término de los 90 minutos, incluso los jugadores e hinchas del equipo perdedor, pues a nadie le importaba el resultado. En la cancha no había puntos en juego, sino algo más valioso: la naciente amistad entre Estados Unidos y Cuba, tras medio siglo de hostilidad.
"A nosotros los cubanos nos cuesta tanto trabajo ver alguna figura de renombre cerca de nosotros que eventos como este no se pueden dejar pasar", señalaba Manuel Díaz, quien lucía una camiseta con la bandera estadounidense y un pañuelo con el mismo emblema en su cabeza, y tocó ruidosamente una 'vuvuzela' durante todo el partido disputado en el Estadio Pedro Marrero de La Habana.
Banderas estadounidenses en las gradas
Varios espectadores ondeaban banderas estadounidenses, algo que no se veía en Cuba desde la revolución de 1959, acontecimiento que convirtió a estos dos países separados por 150 kilómetros en adversarios durante la Guerra Fría.
Al encuentro asistieron unos 20.000 espectadores, que no se amilanaron por la persistente llovizna que cayó durante todo el día sobre La Habana, lo que provocó que el encuentro se disputara con una temperatura inusualmente baja para esta época del año.
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Un momento particularmente emotivo se vivió antes del partido, cuando el Coro de la Academia Nacional de Canto de Cuba entonó los himnos nacionales de ambos países: primero 'La Bayamesa', de Cuba, y luego 'Star-spangled Banner' (la bandera estrellada), de Estados Unidos.
Ovaciones para Pelé y Raúl
Una ovación sirvió para recibir a Pelé cuando apareció en el balcón del edificio de la administración del Estadio, desde donde siguió el juego del equipo en el que terminó su carrera futbolística en los años setenta, tras haber ganado tres Copas del Mundo, un récord que nadie más posee.
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También fue recibido con una ovación la gran estrella del Cosmos actual, el 'galáctico' Raúl, goleador histórico del Real Madrid, quien fue vitoreado indistintamente por los aficionados cubanos del equipo 'merengue' y por los del Barcelona.
Era difícil distinguir qué colores dominaban en las gradas, pues aunque muchos aficionados cubanos lucían la camiseta blanca del Real Madrid, también había otros con camisetas azulgrana del Barcelona, así como con albicelestes de la selección argentina y rojas de la selección española.
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Un deporte cada vez más popular en la isla
En una isla donde el béisbol ha sido el deporte más popular, el fútbol ha ido ganando adeptos principalmente entre los más jóvenes. A falta de una liga local competitiva, muchos cubanos siguen el torneo español, así como la Champions League.
"De chiquito practico fútbol, hoy es una gran alegría que haya podido venir el equipo del Cosmos para jugar aquí contra nosotros. Estos 'topes' nos vienen bien para mejorar la técnica", manifestaba Leonel Hernández, quien ondeaba una bandera norteamericana y otra cubana en el mismo palo y vestía la camiseta roja del Bayern de Múnich.
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El Cosmos ha sido el primer equipo de fútbol estadounidense que ha disputado un partido en Cuba en casi cuatro décadas, desde que el Chicago Sting jugó un amistoso en La Habana en 1978, aunque los seleccionados de ambos países se volvieron a enfrentar en 2008 durante las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Miembros de las FARC en las gradas
En las gradas del estadio había también una docena de guerrilleros colombianos de las FARC que participan en las negociaciones de paz que se desarrollan en La Habana desde noviembre de 2012. "Nosotros vinimos porque esto es un evento histórico, que desde 1978 no se había dado. Nosotros queremos ser partícipes de este evento", apuntaba la guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer.
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El Cosmos sentenció el partido en el primer tiempo, con los goles del zimbabuense Lucky Mkosana (minuto 8 y 41), del uruguayo Sebastián Guenzatti y de Hagop Chirishian (35). Pero eso no le quitó el ánimo a los espectadores.
El conjunto cubano mejoró considerablemente en el segundo tiempo, con un gol de Andy Baquero (50), pero no tuvo fortuna para culminar sus otras jugadas de ataque.
Cuando el árbitro Martínez pitó el final del encuentro, los jugadores de ambos equipos se abrazaron, conscientes de que habían hecho historia, sin importar quién había ganado.
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